Esta noche

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Esta noche volví a ver en la costa un conjunto de estatuas que echaba de menos.
Lo vi con mi familia; mis padres y mi hermana.
Solían ser tres mujeres de torsos desnudos que parecían bailar... solo quedaban dos.
Viéndolas de lejos y al amparo de las estrellas podían confundirse fácilmente con seres vivientes. El movimiento de las olas, el marco oscuro, les daban vida.
Mi hermana, una pequeña de 7 años, merece llenar su mundo de magia...
Mi madre y yo comenzamos a hacerla notar las figuras a lo lejos... "gente de piedra" le dijo mi madre, y yo, aprovechando la poca visibilidad dije "no, no, son sirenas..."
La Luz de la que se llenó el rostro de la pequeña no tuvo precio, fui incapaz de pensar en nada por lo cual la cambiaría...
Le dije que podía contarle historias sobre sirenas, me sugirió tomar una foto y publicarla en las redes sociales... le dije que no se debía molestar a las sirenas, que era mejor que fuera secreto.
Se ilusionó, se emocionó... mis ojos se poblaron de gotas saladas, sentí florecer algo dentro de mi... por un momento recordé cuando podía creer fácilmente en fábulas e historias míticas... volví a pensar, como aquella vez contigo, en cuanto extraño poder creer.
Ser feliz en mi inocencia... al crecer se paga un precio, un precio que consiste en no poder contar con la felicidad que te da la magia.
Por esto, intenté por un rato sentirme inocente, creer en lo que yo misma había inventado...
Fue hermoso, fue como enamorarse, por un momento me enamoré de la vida.
Ella ilusionada, yo plagada de nostalgia...
Finalmente arrancamos el auto y como corresponde encendimos las luces del mismo. Mis padres sugirieron iluminar las figuras para verlas mejor, por un momento me emocioné tanto como la infante que iba a mi lado... pero al reparar en lo que significaba me negué.
Como era de esperarse hicieron oídos sordos... las figuras fueron iluminadas.
...Las figuras de piedra fueron iluminadas...
Y con La Luz, vino una desilusión, mayor para mí que para la pequeña. Me dolió desmentir algo tan hermoso.
Mi niña dijo: jamás volveré a creer en cosas de fantasía.
Con tanta convicción... tanta... esa niña que cree que un hombre mayor viaja por el mundo en una noche repartiendo regalos y que un ratón intercambia sus dientes por dinero... ella dijo que no volvería a creer.
En cierta forma me sentí feliz... para ella todo eso sigue siendo real e irrefutable.
Para mí... hubo cierto alivio al reparar que ya no habían tres figuras de piedra, sino  dos. Justo la del centro había desaparecido... por las recientes tormentas... por lo que fuese.
Tuvo para mí un deje de misterio... de magia.

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