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Opresion

Siento una opresión fuerte en el pecho.
Grito, grito con todas mis fuerzas, pero en silencio. Mis ojos gritan, pido ayuda sollozando cuando me encuentro sola.
Sola y rodeada, ya no sé si estoy sola o desearía haberlo estado entonces, así no necesitaría ya no estarlo.
Una opresión fuerte en el pecho ¿que es? ¿De que se trata?
Está mañana me encontraba bien...
Ah... lo he olvidado, lo lamento. No me encontraba de ese modo, de hecho no me encontraba. Era yo, pero era una yo vacía, me buscaba y no me encontraba. Allí, en mi corto radio de acción, mi banco de liceo, mi metro cuadrado, no me encontraba.
No había nada, nada que quisiera rescatar. Espero el momento en el que por fin sepa... que fue lo que me partió el alma.
Si, lo que me partió el alma. Porque el corazón... ¿el corazón? Me puedes partir el corazón mil veces, me recupero, recojo las piezas... o simplemente tomo un lienzo nuevo y lo pinto otra vez.
Se me ha partido el alma, no sé qué ha pasado. Se me partió el alma, estando ella rodeada de flores, se ha partido.
¡Eso!
Es eso lo que me desconcierta;
Se ha partido mientras la contenían...
¿La contenían?
No... no lo creo, contenían un corazón, un corazón que ya estaba roto.
¿Un corazón ya roto? ¿Ya vacío?
Señores, temo decirles que contenían un cadaver, lo cuidaron, lo abrazaron.
Abrazaron el cadaver de un herido de guerra.
Se olvidaron... se olvidaron de ella, ella que no se ve...
Me resulta conocida la historia... por ella, ella que nadie la ve, nadie se preocupa.
Y ella llenó el corazón, pero se olvidó de ella misma...
Al final ni el corazón ni ella misma recuperaron la vitalidad de la que gozaban.
No hablo de amor.
Que quede claro.

Se me ha partido el alma de pensar que ya había fallecido.