Desperté y Andrew ya se estaba haciendo el desayuno como de costumbre, una incomodidad increíble invadía mi ser, no sabía si era conveniente hablarle, o no, no lo sé. Finalmente no le dije nada y él antes de irse tan solo dijo "Adiós Ann". Lo peor de todo, es que no pude ni siquiera responder a eso, aún siento ese pesar que sentí ayer por la noche.
Empecé a sentirme triste, por lo que decidí retomar mi lectura de ayer, me quedé en la letra "l" si mi memoria no me falla, así que me senté en el desgastado pero acogedor sillón, abrí el diccionario y busqué rápidamente la página para retomar mi lectura.
Estaba leyendo tranquilamente, todo sucedía como lo esperado, hasta que alguien tocó la puerta.
"Toc, toc, toc" se escuchaba que golpeaban, no teníamos ventanas, o al menos no unas que dieran hacía la entrada, así que lo único que pude hacer fue guardar silencio con el propósito de que no se inmutaran de mi presencia, sin embargo, la visita no se rendiría tan fácilmente.
-¡Andrew! ¡Abre por favor!-exclamó una mujer alzando la voz considerablemente-¡Soy Estelle! ¿es que acaso ya no reconoces mi voz? ¡Vamos abre!-dijo ella mientras seguía golpeando con más fuerza la puerta.
No sabía si asustarme o no. Le habla como si ya se conocieran así que se supone que no habría de que preocuparse; pero el problema radica en que, soy una muñeca, lo cual implica, más explicaciones.
-Agh sabes que, voy a entrar-dijo aquella mujer mientras resignada comenzaba a girar de la perilla.
¡Waaaahhhh!, ¿¡¿Qué hago, qué hago?!?. Traté de esconderme, pero ella ya estaba adentro.
-Dejaste la puerta abierta imbécil, ¿¡Dónde rayos estás que no abres!?-dijo una mujer que usaba anteojos, alta y de cabellos castaños-.Oh, hola, ¿quién eres tú? ¿nueva novia?-preguntó al darse cuenta de mi presencia.
Me quedé paralizada, no sabía que hacer ni que decir, ¿no se dio cuenta de que soy una muñeca?
-N-no...s-soy su no-via...-musité casi inaudible.
-¿Ah?, habla más fuerte por fa...
-¡A-Andrew no está, vuelva más tarde, gracias!-exclamé mientras de inmediato me encerraba en el baño.
-¿Huh?, ¡oye!, no puedo irme así como así, ya no tengo dinero para pagar mi apartamento, necesito quedarme aquí; además, ¡es de muy mala educación dejar a las visitas de esa forma!-dijo muy indignada aquella mujer.
De verdad lo siento...pero no puedo mantener una conversación con naturalidad tan fácilmente, y menos con alguien que simplemente entró a la casa sin permiso.
-¡L-Lo siento, es difícil de explicar! A-Así que, po-por fav-vor...váyase...Andrew vuelve a las 6-dije de una vez por todas.
-Cielos, a las 6...pero como ya te dije, no tengo dinero; además, no creo que haya problema si me quedo aquí en lo que llega, soy su hermana después de todo-aseveró con un poco más de calma la castaña.
Hermana...Hermana...¡Hermana!, ¡la de la foto!, ahora todo cuadra del por qué del parecido en su cabello; que alivio, creía que era una persona peligrosa y difícil de tratar, pero, quizás después de todo no sea así.
-Hermana...y-ya veo, pe-perdón...la verdad, esto sonará raro, muy raro, pero suplico que me crea-imploré más calmada a la mujer.
-¿Bien?, adelante.
-Verá...yo soy...una muñeca. Soy una muñeca creada por Andrew. Sé que querrá una explicación pero la verdad, es que yo también quisiera una, apenas hace unos días paso y...y...
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Amor Frágil
RomansaRompiéndose lentamente, la grieta se va prolongando formando más grietas a su paso, hasta que se rompe, todo lo que guardaba se va callendo. Cual un pilluelo dejas tu huevo y quedas indefensa, sin nadie que te proteja. Eres tan vulnerable que puedes...