No seré como tú

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No recuerdo mucho de cuando quedé inconsciente, pero un recuerdo que prevalece en mi memoria es la sensación de ira y desesperación al notar que Marcus estaba gritándole a Ann, no tengo idea si le hizo daño, pero lo haya hecho o no estoy segura de que le daré una buena patada en las pelotas si lo vuelvo a ver.

Al recuperar la conciencia no estaba adolorida, quería ir a la cafetería a trabajar de una buena vez para evitar rumores raros, extrañaba trabajar con Elena, una adorable chica de mi edad que también trabaja medio tiempo en el café. Ella también es soltera, pero nunca la escuché quejarse como yo por ello, después de todo; ¿con seis gatos para que necesitaría pareja?.

Regresando al tema, solo puedo decir que me fue muy gratificante ver a Ann y a Andrew sonreír de nuevo, Ann estaba llorando, me imagino que la preocupé mucho. Andrew es muy tímido conmigo, desde que éramos niños no me demostraba afecto con frecuencia, pero sé que le alegró verme bien.

Los doctores me dieron de alta pronto, después de todo el golpe no dañó ninguna parte del cerebro, gracias a Dios. Y mucho que me alegro de ello, cuando me operaron del apéndice tuve que estar dos semanas en el hospital y fue una pesadilla, la comida era horrible, que te cambiaran el suero cada cierto tiempo, el ruido, las enfermeras; terrible. Por supuesto, tengo que usar durante unos días unas vendas en la cabeza, pero no me puedo quejar.

Me intriga Marco, mi hermano levantó cargos contra él por la agresión que cometió contra mí y con lo protegida que la ley tiene a la mujer me preocupa que termine entre las rejas, yo le hablé muy mal también, no se me hace correcto. Me preocuparía si le hubiese hecho daño a Ann. No se lo perdonaría.

Tras minutos meditando sobre la situación decidí ir a buscarlo en la comisaría. Andrew no estuvo de acuerdo con esto en lo absoluto, pero terminó por dejarme ir a verlo con la condición de que él pudiera acompañarme, yo acepté sus términos y dejé que viniera, incluyendo de esta forma a Ann en el plan.

Andrew presentó cargos contra él por haberme atacado tanto física como mentalmente y realmente las posibilidades de que Marcus ganara el caso eran mínimas, con lo protegida que se tiene a la mujer en estos días necesitaría un milagro para ganarlo. La sentencia sería de cinco años, ya que solo me atacó una vez y no es que me haya violado o algo asi. Desconozco completamente de cuánto sería la fianza para salir.

Llegamos. Debo admitir que estaba un poco nerviosa, más que nada porque no tenía ni idea de qué le iba a decir, sólo sentía que era lo correcto. Me entristece un poco pensar que mi único gran amor haya terminado de ésta forma; pero al menos sé que prefiero seguir adelante lo más lejos posible de él antes que volver con él. Tras recorrer los pasillos pensando en estas cosas mientras Andrew hablaba con los oficiales para que me dejaran hablar con él finalmente era el momento de la verdad.

—Tienes diez minutos para hablar con él—mencionó un oficial. Yo asentí y él se retiró después de esto.

Allí se encontraba él, con esa sonrisa que siempre gesticula cuando me ve. Esa misteriosa sonrisa que nunca comprendí que clase de cosas hacían que fuese así. No obstante, esa sonrisa ya no funcionaba. Su sonrisa no lograba que mi corazón se acelerase como antes, solo me daba rabia verla. Es como si para él no hubiese pasado nada fuera de lo normal. Es un sociópata total.

—Hmm...¿cómo va todo?—pregunté sin saber qué decirle.

—Bien, la comida no es tan mala como pensé y la gente no me trata tan mal—respondió Marcus en un tono amigable, aunque yo sé bien que miente—. ¿Tú cómo estás?

—Me siento mejor, aunque me duele un poco la cabeza al tacto—aseveré mientras me sobaba la nuca nerviosa.

No supe qué decir por unos instantes, me acomodaba un poco el cabello de los nervios y él solo me inspeccionaba de pies a cabeza.

—No sé como voy a lograr vivir sin ti después de todo—dijo Marcus entre unas cuántas risas llenas de ironía—. Eres realmente hermosa.

Siempre trata de hacerme ver como la culpable de su sufrimiento. Odio eso.

—Ya hablamos de eso y mira dónde viniste a parar—mencioné irritada mientras me tallaba los ojos—. A diferencia de ti yo si podré seguir adelante, ¿por qué no podría? si me atacaste de esa forma ayer.

—Eso hiere mis sentimientos un poco—bufó Marcus con tono burlón—. Pero no sabes cómo me arrepiento de haberlo hecho...no sé que pasó en ese momento y no termino de comprender cómo algo así ocurrió.

—Pues...sea lo que haya sido te perdono, pero no quiero tener que volver a hablar contigo de nuevo—confesé—. Les he causado muchos problemas a Andrew y a Ann por culpa de todo esto y a mí también me duele tener que estar aferrandome a ti, además; estoy casi completamente segura de que no tienes trabajo o casa—dije yo arqueando la ceja.

—No tengo trabajo, pero tengo un amigo que puede conseguirme uno y sobre una casa pensaba rentar un apartamento con el dinero que me quedó de cuando murió mi tío—comentó Marcus un poco más serio.

-¿Murió tu tio? ¿amigo? Por dios...pasaron muchas cosas mientras no nos vimos...—dije en un suspiro.

—Sí...supongo que le pediré dinero a conocidos y con el dinero que tengo pagaré la fianza—sugirió él mientras se rascaba la barba.

—No creí que fueses a pagarla, pero si lo haces ya he dicho que no quiero volver a tener contacto contigo después de esto.

—Sí, sí. Igual soy muy irresistible y aún me conservo a pesar de mi edad, no dudo que no sea capaz de conseguir una novia—aseguró Marcus presumiendo un poco—. Pero no creo encontrar a una mujer tan perfecta como tú.

Eso dice, pero si realmente me considerara tan perfecta como dice no me hubiese golpeado ni manipulado cuando era joven. Es toda una pena que él siga creyendo que me ama aún, pero yo ya hice lo que pude por cambiar esa idea equivocada que tiene. Él solo quiere que vuelva a caer rendida ante él como alguna vez hice pero ya no más. Entiendo mi posición como individuo, no tengo ninguna virtud, soy alguien mediocre, a mí no me tocó ser alguien importante en este mundo pero no por eso voy a ser un parásito infeliz, mi unica razón para vivir ahora es lograr ser importante para las personas que amo y que puedan estar orgullosas de la persona que soy.

—Se acabó el tiempo de visitas, señorita—mencionó el oficial de seguridad.

—Gracias, ya me iba.

Al final no pude responderle otra cosa. De esa forma me despedí de él por última vez para seguir mi vida, libre, segura, sin sentirme opacada por la sombra de los demás. No me importa ser mediocre ente tantos doctores, científicos y políticos, porque al menos sé que a diferencia de Marcus, yo lograré significar algo para aquellos que amo y si puedo significar algo para ellos no me importa ser mediocre como él.

Al salir, Andrew y Ann estaban conversando muy alegremente en la sala de espera de la policía, Ann se sobresaltó un poco y se sonrojó un poco al verme, ¿habré interrumpido algún momento romántico?...

Amor FrágilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora