T R E S

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"No Se Si Alguna Vez Te Has Sentido Así. Que Quisieras Dormir Por Miles De Años. O Simplemente No existir. O Simplemente No Estar Consiente De Que Existes" - Las Ventajas De Ser Invisible.

Otro dia de mierda, por lo menos para mi, hoy tenia que ir al colegio. Hoy lunes. Odio los lunes.

Me tuve que levantar a las 5:00a.m. para poder arreglarme, me fui a bañar, me puse mi uniforme, que consistía en mi camisa blanca, la falda a cuadros roja, el blazer rojo, mis calcetas blancas lisas. Me sente frente a mi tocador y el espejo que pertenecía a aquel.

Cepille mi cabello ondulado y negro. La verdad es que en mi veía a una persona común y corriente. Una chica que necesita un poco de mas atención por parte de su madre, alguien que necesita arreglarse un poco mas, pero vamos, ¿eso cuando me a preocupado? Tan solo, estoy bien como la mierda que soy.

Me deje de ver en el espejo para despues bajar las escaleras y encontrarme en el comedor con mi madre, que muy rara vez la veo en casa.

Solo tome una manzana y me diriji a la puerta. Genial, ella ni siquiera noto mi presencia.

Espere el autobús, cuando llego subi a este.

— ___ te guarde lugar. —Era Martha, no había lugar, asi que no me quedo de otra mas que aceptar.

Me sente y no tardo para que ella comenzara hablar, Joder era irritable.

— Lo siento por lo de ayer, bueno, es que tambien se me hizo mala onda de tu parte, pero ya sabes somos amigas y asi, osea, no es que me haya enojado. —Estaba hablando demasiado rápido.

La deje seguir.

— Martha, ya no importa, solo ... no hables. —Dije.

Ella no dijo nada, me senti aliviada.

Sentía una mirada sobre mi, pero una mirada que me transmitía confianza, voltie hacia esa mirada, era imposible, era ... Jos Canela.

Mire mis manos, comenze a juguetear con mis dedos. El autobús escolar llego a nuestro destino, todos comenzaron a bajar.

Al llegar al aula donde hoy comenzaria mi primera clase, busque lugar, una en la esquina y al fondo. Afortunadamente estaba vacío, asi que me dirijo a ese.

Entro el maestro de calculo. No entendía ni un bledo de lo que explicaba y mucho menos de lo que escribía en el pizarron blanco.

Milagrosamente llego la hora del descanso.

Busque una mesa libre, y efectivamente encontré una pero hasta un rincón. Fui allá y Martha fue conmigo.

Llego Harry, mi novio.

— Hola Amor, hola Martha. —Saludo.

— Hola —Dije.

Me dio un beso en los labios, y Martha lo fulmino con la mirada, pero no le tome importancia.

— Saben me duele un poco la cabeza, ire por unas pastillas al salón es que hay esta mi mochila.

— Okay amor. —Dijo Harry.

— Si. —Martha sonrio.

Me aleje de ellos, iba caminando hasta llegar al salón, pensé que no había nadie, pero me encontré con Jos, mi corazón comenzó a latir como si de un motor se tratara.

Abri mi mochila y senti una mirada encima de mi.

— ¿Te sientes bien? —Senti una mano sobre mi hombro a lo cual di un pequeño brinco, provocando que mis pastillas se calleran.

— Si, si. —Respondi.

— Okay, perdon por asustarte

— No te preocupes José.

— ¿No quieres ir a la enfermería o algo?

No me dio tiempo de responder porque mi vista se comenzó a nublar, haciendo que todo a mi alrededor diera vuelta, hasta que caí al suelo, vi todo negro.











¡Help! (Jos C. Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora