O N C E

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«Sin Duda Yo Soy Un Bosque y Una Noche De Arboles Oscuros, Sin Embargo Quien No Tenga Miedo De Mi Oscuridad Encontrará Tambien Taludes De Rosas Debajo De Mis Cipreses» - Friedrich Nietzsches

Mi celular comenzó a sonar, interrumpiendo la musica que había puesto hay.

Solo decía: Número Desconocido.

Pero aun asi decidi contestar.

Llamada.

— ¿Hola? — hable confundida.

— ¿Asi que Canela, eh? Un chico atractivo. —dijo una voz masculina del otro lado

— ¿Quien eres? —pregunte.

— Cariño, que no me recuerdas, es la segunda vez que te llamo. —dijo. Ahora recordaba la primera llamada.

— ¿Quien eres? —sostube mi pregunta.

Finalizada.

— ¿Que? Joder. —dije

Deje el celular a un lado, ya eran las 4:09p.m y estaba completamente aburrida. Seguía con la duda de ¿quien era ese tipo? Y ¿porque me llama?

Baje y me encontré a Berenice.

— Buenas tardes. —salude.

— Ohh, buenas tardes. ___ —le sonrei.

— Ire a dar una vuelta, regreso en un rato. —le avise y sali.

Vi un parque cerca, y me acerque a ese. Me sente en un columpio.

— Hola —escuche atrás de mi.

— Hey, hola —regrese el saludo. Mirandolo. El se sento en el columpio de a un lado.

— No fuiste a la escuela ¿porque? —pregunto Jos

— La verdad me dormi. —le fui sincera, el soltó una risa.

— Lo supuse. —dijo. Mi semblante seguía serio, asi que deje de ver sus ojos.

No sabia que decir, era como si de pronto, las palabras no quisieran salir, como si no existieran. O no tenia nada que decir.

— ___ —me llamo su voz, obligando a que lo mirara.

— ¿Si?

— ¿Pasa algo? —pregunto

— No, ¿por? —lo mire por un momento, y volvi mi mirada a mis zapatos —. No tendría porque importarte. Hace tiempo tuvo que dejar de importarte.

— Claro que me importa. —escuche decirlo.

— José, querido, José, no te preocupes, nadie lo a hecho. Gracias —sonrei falsamente y me levante para irme a casa.

— No lo dejare de hacer... te hice una promesa —pare en seco.

— ¿Que promesa? Fueron simples palabras y recuerda, las palabras se las lleva el viento. —dije sin ninguna expresión en el rostro.

— ___, por favor, escuchame. —rogo.

— No tengo nada que escuchar. —comenze a caminar, pero senti que sujeto mi cintura y quede su boca en mi oído.

— Entonces no escuches, solo siente.

Cuando le iba a decir algo, senti sus labios sobre los mios, tarde en seguirlo pero al final lo hice, vi sus ojos cerrados durante el beso, asi que me deje llevar.

¡Help! (Jos C. Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora