T R E C E

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«Amo La Profundidad De Tus Ojos Cuando Se Hacercan A Los Mios» — Benjamín Griss

Llegando a la escuela la primer cara conocida que vi fue la de Jos. Estaba a un lado de la banca donde siempre me siento.

— Hola —me saludo

— Hola —le devolvi el saludo sin verlo y sentandome en mi lugar.

Minutos despues la clase dio comienzo, mientras el profesor explicaba su clase y anotaba no se que cosa en el pizarron, me dio en la cabeza una hoja de papel en forma de bolita.

La tome y vi que tenia algo escrito.

"Jos ... ¿Puedo hablar contigo en el descanso?
                         Att: Alonso"

Lo primero que pensé fue: «Tiene una caligrafía de la caca"

Le extendi el mensaje a Miguel, el me miro extrañado. Al terminar de leerlo no pude evitar ver de reojo como le asintió a Villalpando.

A decir verdad, me daba cierta curiosidad. El y Alonso eran muy buenos amigos, incluso yo... la mierda mas sucia del planeta me llevaba algo bien con el Villalpando, pero entre el y Jos no se que paso. Pero por mi ... bueno, nunca tuvimos una pelea, o algo por el estilo, solo paso ... dejamos de hablar, el tiempo lo cambia todo.

Llego la hora del descanso, fui a la cafetería y como ya es costumbre no compre nada.

Me fui a las gradas, cuando vi a lo lejos a Jos y Alonso, hablando. La curiosidad pudo mas que yo.

Me escondí debajo de las gradas, donde ellos hablaban, para asi poder escuchar su conversación.

— Lo lamento Jos. —decia Villalpando con tono de arrepentimiento.

«Ahora que habrá hecho esa rubia teñida» —Pense

— Alonso, tu sabias que ella me gustaba, es mas la amaba. —respondio Jos

— Perdon, pero tu sabias que ella era ... bueno mas bien ES LESBIANA —hizo énfasis en lo último que hizo.

Como la buena tonta que soy, me levante repentinamente, porque sabia de quien hablaban, y golpee mi cabeza con una de las gradas.

— ¡Oh, mierda! Duele —exclame

Tape mi boca, y sali corriendo.

Solo esperaba que ojala, no se dieran cuenta de quien fue la idiota que estaba escuchando su conversación.

— No puede ser. Jos siempre estuvo enamorado de Martina. Pero, ¿como no me di cuenta? —dije para mi, los pasillos ya estaban vacíos.

— ¡___! —grito alguien, yo gire sobre mis talones.

Hay estaba la rubia.

Y Miguel. Con una mirada tan penetrante, que me dieron escalofríos.

¡Help! (Jos C. Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora