Capítulo 22

632 48 9
                                    

Justin



Después de ir a visitar a mi madre decidí ir a la casa de Chaz ya que me aburría bastante y realmente no se me ocurría nada productivo que hacer.

Como era de costumbre entre nosotros y debido a la alta confianza que nos teníamos mutuamente entré al departamento con la llave que él mismo me había dado, pero me percaté de que a la vista el lugar parecía estar completamente sólo. Para asegurarme de que estaba en lo cierto busqué primero en la cocina, seguramente el bastardo estaría atascándose de comida.

Me llevé una gran sorpresa al ver que no estaba ahí, y que ésta en su lugar se encontraba vacía, únicamente con cajas de pizza sobre la barra de la mesa. Comencé a buscar en la sala de estar, en el patio, la habitación de juegos donde siempre suele estar e incluso en el baño pero nada. Me faltaba algo. Su habitación.

Bingo.

Subí rápidamente los peldaños de la escalera que dirigía hacia el piso de arriba que era donde se encontraba el dormitorio de Chaz.

Giré lentamente la perilla con la intención de meterle un buen susto. Cómo no se me había ocurrido, seguramente estaría durmiendo la borrachera que suele pegarse a diario.

—Hey pequeño marica, te he encontra... —me callé en el momento que mis ojos captaron la escena que tenía delante. Casi se me salen los ojos de las órbitas. El canalla de Somers se encontraba follándose a la mejor amiga de Kim, a la que reconocí como Tania. Era un asqueroso. La chica pegó un grito al verme ahí parado y Chaz chilló molesto.

—¡Diablos Bieber! Avisa antes de venir amigo. No puedes entrar así como así y mucho menos sin llamar antes a la puerta —se quejó tapándose con las cobijas. Tania acababa de salir apresurada con su ropa en mano hacia el baño, con una simple sábana cubriendo el gran trasero que tenía.

—No seas idiota, por algo tengo llave. Más bien tu procura hacer tus cochinadas al menos con el seguro de la puerta puesto, así no te encuentro dando espectáculos —me burlé y Chaz comenzó a golpear mi hombro para molestar.

—Bueno ya, lo haré, ahora sal de aquí antes de que pateé tu pequeño trasero hacia la calle —amenazó jugando.

—Espero abajo, ni creas que me iré. Y mi trasero no es pequeño, que piensas —espeté antes de bajar las escaleras en busca de la pizza que había visto en la barra de la cocina.

Minutos después bajó Chaz completamente vestido seguido de Tania que también se encontraba finalmente vestida decentemente.

—¿Te importa si Kim pasa aquí por mi en unos minutos? —preguntó Tania indecisa, mordiendo su delgado labio.

—No, para nada bonita, lo que tu quieras —le respondió Chaz sonriendo y con el que según él era su tono dulce, el que siempre le hacía a las chicas para que cayeran redonditas a él y creo que la endulzada de oído realmente funcionó por que Tania le soltó un gracias seguido de un beso que duró una larga eternidad.

Seguido de eso salió de la cocina tecleando rápidamente en su celular, y yo por fin pude hablar con mi amigo sobre a lo que realmente venía.

—¿Qué planes tienes para hoy?, ¿harás algo? —pregunté, disfrutando del delicioso pepperoni que tenía la rebanada de pizza que había tomado.

Infinity.© | J.B. (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora