9. ¿Quien es Helen?

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Un sonido parecido a un zumbido me despertó. Estaba un poco atontada pero pude darme cuenta de que es sonido provenía de mi bolso. Me senté y me estire buscando el móvil en mi bolso. Cuando finalmente lo encontré me di cuenta de que tenía cinco llamadas perdidas de mi mamá. Revisé la hora. ¡¿Seis veintitrés?! ¡Me quedé dormida más de dos horas!, pensé. Escuché un quejido junto a mí. Al voltear me encontré con Helen quien también parecía que se acababa de despertar.

— ¿Qué hora es?— preguntó aún adormilado.

— Seis veintitrés — respondí poniéndome de pie y arreglando mi ropa algo arrugada.

— Aún es temprano. Quedate un rato más.

— Me encantaría, pero mamá me va a matar— saqué el cuaderno donde anoté todo los apuntes y se lo entregue—. Aquí están todos los temas.

— Gracias.

— No hay de qué, no quería que te atrasaras y...

— No es por eso— interrumpió—. Gracias por venir a verme y quedarte conmigo— se acercó a su armario y tomó un suéter blanco para luego darmelo—. Toma, no quiero que te enfermes.

— Gracias— me puse el suéter. No es tan tarde, no creo que haga frío afuera, pensé—. Por cierto, ¿iras a la fiesta de Halloween?

— No. ¿Tú irás?

— Sí. Bueno, no es como que quiera, pero Amelia me lo pidió asi que no puedo faltar.

— Ya veo...

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Llegué a casa más o menos como a las siete. Papá aún no llegaba así que me he librado de una gran parte de un regaño. Entré y dejé mi bolso en el sillón de la sala. Escuché el sonido de ollas golpeando entre sí proviniendo de la cocina. Los sonidos cesaron y mamá cruzó la puerta hacía la sala. Tenía los brazos cruzados y con la mirada me pedía una explicación.

— ¿Se puede saber donde has estado?— dijo aún de brazos cruzados.

— Eh... Yo... Estaba con Amelia— mentí pensando en que con decir eso me había librado de un regaño.

— ¿Entonces por qué tienes un suéter de chico?— oh no.

— Yo...

— Cuando me di cuenta de que no contestabas el móvil le llamé a Amelia preguntando por ti— interrumpió—. ¿Quieres saber lo que dijo?— me quedé callada con el temor de estropear aún más la situación. Suspiró—. _____, no tienes que mentirme.

— Entonces... ¿Qué te dijo Amelia?

— Que habías ido ha ver a un chico, Helen— estoy muerta—. _____, no es la primera vez que escucho de ese chico. ¿Podrías darme una gran explicación de quien es ese tal "Helen"?

— Yo...— suspire. Suponía que Amelia le había dicho algo, y eso no me molestaba pero el hecho de que mamá me pidiera que se lo dijera cara a cara me ponía nerviosa. ¿Cómo le podía decir a mamá que Helen era el chico que me gustaba? Si a Amelia no se lo dije menos se lo diría a mi mamá.

— Sigo esperando — dijo sacandome de mis pensamientos.

— H- Helen es mi amigo— contesté.

— ¿Sólo eso?— mamá sonrió de medio lado—. Amelia me dijo otra cosa.

— ¡N-No es mi novio!— dije a la defensiva. Mamá comenzó a reír a carcajadas. ¿Qué era tan gracioso?

— Bueno, esa parte la omitió.

— ¿E-Entonces que te dijo?

— Que te gusta, y que tú le gustas. Ahora ya sé porque fuiste al colegio con vestido.

— No fue cosa mía, fue de Amelia— mamá solo sonrió y se sentó en el sillón. Yo imité su acción—. ¿Solo te dijo eso?

— No, me contó todo entre ustedes dos. Creo que fue adorable que te haya dibujado.

— Ah...

— ¿Eso es lo único que vas a decir?— dijo nuevamente con una mirada de desaprobación—. Estás castigada, no vas a ir a la fiesta de Halloween.

— De acuerdo— dije. No podía reusarme a un castigo, ¿cierto? Además, estaba segura de que me aburriría en la fiesta.

— No— dijo mamá. La miré de reojo—. Son muy pocas las ocasiones en las que sales de casa. No quiero tenerte encerrada, solo por esta vez te dejare ir. Además, me gustaría que ese tal Helen te invitara a bailar.

— Él no va a ir.

— Que lastima, estaba segura de que Amelia se encargaría de espiarlos y tomarles fotos. Siempre quise ver a mi pequeña _____ con un novio.

— ¡Mamá!— chillé. Habían momentos en los que creía que mamá era bipolar.

Después de hablar de cosas triviales mamá me ayudó a escoger mi atuendo para la fiesta. Tomó un vestido con el corpiño blanco y la falda negra—el cuál no sabía que existía dentro de mi armario—, unos botines negros y una chaqueta de cuero roja. Para el peinado pensó en una coleta despeinada con un listón rojo. Sinceramente me veía bien en el conjunto. Sólo faltaba esperar para la fiesta.

Mi Pintor Sangriento (Bloody Painter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora