19. Inasistencias

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Narra ______.

5 de la madrugada.

Me sentía mareada.

Vomité.

Volví a vomitar.

No pensé decirle a mi mamá. Seria algo contradictorio, ya que me haría faltar al colegio y eso era exactamente lo que pensaba hacer, solo que sin su permiso.

Bajamos rumbo al colegio. Mi hermano entró, y yo me dirigí al kiosco con la excusa de que compraría chicles.

Sinceramente nunca fui una chica de faltar muchas veces al colegio. Esta semana falte dos veces, ya que no siento las jodidas ganas de sufrir a mis compañeros de curso. Con la de hoy llevaría 6 inasistencias en todo el año.

Llevaba mi uniforme, el cual comenzaba a incomodarme. A diferencia de ayer, hoy tenía una razón específica por la cual decidí no ir al colegio, y era Thomas.

Apenas eran las ocho de la mañana. Debería haber entrado a clases hacia veinte minutos atrás. Esperaba a Thomas en el kiosco. La idea de estar sola a esas horas de la mañana comenzaba a preocuparme. Me recorría por las venas la horrible idea de que Tom lo haya olvidado.

-Hola. -Dijo encajando un beso en mi mejilla.

-Temí que te habrías olvidado. -Confesé.

-Jamás lo haría -Susurro en mi oído, provocando que me estremeciera.

Me llevó nuevamente a su casa. Prefería estar mil veces allí que en el colegio rodeada de idiotas.

-Lindo uniforme. -Comentó, mientras cerraba la puerta de su casa.

Lo ignoré. Me llamaba la atención que, desde ayer, no había visto a su madre o abuela.

-Mi "familia" -hizo comillas con los dedos -fueron a visitar a mi tía. Volverán mañana.

-Bien. -Respondí. No quería confesarle que acaba de leer mi mente.

-Eso significa... -Dijo sobre mi oído. -Que tenemos toda la casa para nosotros.

Lo besé, pero me sentí algo nerviosa al hacerlo.

-Tom... -Susurré -¿No sientes olor a que algo se quema?

Thomas me observó confundido.

-Mierda -Exclamó. Abrió los ojos como platos y corrió a lo que supuse que era la cocina. Instintivamente lo seguí.

-¡Olvide el microondas prendido! ¡Mi mamá va a matarme! -Dijo, mientras intentaba apagarlo y de este sólo salía humo. La puertita del microondas se abrió y más humo salió de este. El sacó de allí lo que parecía ser leche chocolatada. -No lo notará.

Cerró la puertita y llevó la bebida a sus labios. Al mínimo tacto él escupió todo lo que había absorbido.

-Está un tanto caliente. -Respondió con una simple sonrisa -Ahora necesito agua.

Reí tontamente y observe su lucha para sobrevivir. Debía admitir, que el chico tenía mucha menos suerte que yo.

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⏰ Última actualización: Jul 30, 2016 ⏰

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