Capitulo 4

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―Tengo las mejores ideas para la nueva portada del libro, no son muy típicas pero son un poco llamativas.

―Tenemos que ver que la portada trasmite de lo que trata el libro.

―Sí, estoy de acuerdo contigo Diego, pero, no todo tiene que estar en la portada, tiene que tener algo mínimo de lo que se trata, y tampoco debemos de sobre cargarla de colores y letras, ¿no es así Sky?

―Ah sí, tiene que ser algo menos llamativo.

―Bueno, en la próxima junta veremos las ideas de la portada, hasta luego-dijo Diego, el administrador de mis libros.

Estaba totalmente perdida, con todo lo que me está pasando, contrabajo me puedo concentrar en mi libro.

Volví a echarme hace atrás, para ver si podía recuperar la concentración, frote mis ojos y troné mis dedos.

Ella no se suicidó, ella aún está viva, mira.

Le mostro la carta y el detective la miro, la leyó y reacciono.

¿Ve?, ella solo se fue de su casa, para escapar de sus problemas, ¡Ella está viva jefe!, tenemos que encontrarla ya, antes de que pase algo más.

Estas en lo correcto, pero, ¿Dónde se podrá a ver ido?

En un lugar donde pueda pensar, como en una zona tropical.

¿Zona tropical?

Si, piénselo, hasta donde nos dijeron sus familiares, ella ama la paz, lo verde, y es fotógrafa, ¿vio su cuarto?, ¡estaba lleno de fotografías de una zona tropical!

¿Sabe exactamente qué lugar?

Si, Hawaii.

Era un asco para esto, ni siquiera sé por qué lo hago si soy realmente mala escribiendo.

Sonó mi celular, era un mensaje.

Número desconocido: Ha comenzado la guerra Skylar.

Conteste: ¿De que estas hablando?

Número desconocido: Pronto lo sabrás.

No conteste, era el mismo que me había mandado mensajes la semana pasada, para mi seguridad le mande mensaje a mi Mama.

Hola, Mama, ¿todo bien?

Súper bien hija, ¿Por qué?

Solo preguntaba, hasta luego.

Hasta luego cielo.

Vaya, estaba todo bien, ¿por qué esta amenaza entonces?, si es que lo podía llamar así.

Termine de hacer la portada para el libro, o al menos la idea que tengo que sea así.

―Hola, Amor―dijo Daniell entrando.

―Hola.

― ¿Quieres ir a cenar?

―Claro, en una media hora, ¿sí?

―Claro, te espero en el auto.

―Okey.

Me apresure a mandarle la idea a Diego ya que el jueves era la junta.

Apague mi computadora y salí de mi oficina y como siempre me despendí de Lilia la cual me dedico una cálida sonrisa cuando le dije que la veía mañana temprano.

Baje y vi a Daniell recargado en el auto con las manos en los bolsillos. Me acerque y le di un beso suave y lindo, él se limitó tomarme por la cintura para pegarme más a él y mientras yo enrollaba mis brazos en su cuello.

―Vaya, mira a quien tenemos aquí.

Diablos, que tenía que estar haciendo aquí.

― ¿Qué demonios haces aquí?-dije con enojo.

―No te enojes bonita, deberías de estar alegre de verme.

―No le digas así, ya no eres nadie para decirle así-hablo Daniell.

―Siempre seré alguien en su vida, Dowel.

―Pues ya no más-hable- lárgate y déjame en paz.

―No, hasta que me devuelvas lo que me quitaste.

―Yo no te he quitado nada.

―Solo recuérdalo, te doy tres días, si no-señalo a Daniell- él lo pagara.

―No lo petas a él, es algo entre tú y yo.

―Te doy tres días, hasta entonces bonita.

Se dio la vuelta y se fue. Es un maldito idiota.

― ¿Quién es?

―Nadie importantes, ¿nos vamos?

No contesto, solo rodeo el carro y se subió al auto.

No le iba a decir quién era, y mucho menos ahora que se presentó el asunto de mi hermana, no hasta que sepa que es lo que quiere.


Instantes de felicidad. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora