Capitulo 5

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Llegamos a un bar muy conocido en Nueva York, nos bajamos y rápidamente Daniell me tomo de la mano, nos sentamos ambos en la barra para pedir una bebida.

― ¿Ya me vas a decir quién era ese idiota?

―No es nadie importante Dani, mejor vamos a bailar, ¿va?

―Va.

Terminamos nuestras bebidas y nos fuimos a la pista. Empecé a moverme junto con el ritmo de la música, mientras Daniell me agarra de la cintura y yo de su cuello, bailamos hasta que en la 5ta canción nos fuimos para tomar unas bebidas.

― ¿Cansada? ―dijo Daniell agitado.

―Un poco―le dije riendo por sus caras chistosas de cansancio.

Bebí y bebí, para olvidarme un poco del estrés que tenía en sima, disfrute la noche al máximo con Daniell.

Después de un rato, decidimos ir nos, estaba totalmente borracha para entonces.

― ¿Tu departamento o el mío?

―El que quieras Dani.

―Bueno.

Recargue, mi cabeza en la ventana, no tarde mucho en cerrar mis ojos y quedarme totalmente dormida sin saber a dónde me llevaría.

***

Me hubiera fascinado despertar como las princesas de los cuentos de hadas, pero no, no fue así. Desperté de las interminables náuseas y un dolor insoportable en la cabeza, donde termine en el baño expulsando todo lo que comí anoche.

En cuanto termine la desagradable acción, me lave los dientes unas tres veces. El sabor de la pasta de dientes no tardo en arder y que soltara unas cuantas lágrimas por la menta. Pero prefería mil veces sentir eso que el sabor desagradable del vomito.

Después de lavarme la cara y quitarme la ropa para poder ponerme una de las camisas de Daniell, regrese a la habitación y me puse mis pantuflas que hace días había dejado aquí.

Baje la cocina y rápidamente un olor muy agradable llego a mis fosas nasales, eran huevos, tocino y si no me equivoco pan tostado. Efectivamente era eso, lo comprobé cuando vi a Daniell sin camisa y cocinando.

―¡Al fin despiertas!- Daniell exclamo cuando me vio parada en la puerta, tratando de decidir si quedarme o regresar a la recamara a esperarlo. ―En verdad estaba comenzando a pensar que estas muerta―Finalizo riendo.

No le preste tanta atención ya que mis ojos estaban puestos en la mesa de la cocina donde estaba toda la comida.

― ¿Qué hora es? ―Cuestione.

―11:10 amor―dijo con la más calma.

― ¡¿Qué?! Ya es súper tarde.

―Tranquila, dije que no te sentías bien y dijeron que está bien pero que te presentes mañana sin falta por la junta de la editorial.

―Ah, bueno.

―Así que tengo todo el día para consentir a mi pequeña.

―Ya no soy pequeña―reí―tengo 25 años.

―Para mí siempre serás la niña que conocí en Octavo grado.

― ¿Todavía te acuerdas de ese día?, fue el peor día de mi vida, bueno, solo cuando paso el accidente ya que te conocí y me enamore al instante.

―Yo sigo perdidamente enamorado desde ese día, fue lo mejor que me haya pasado en mi vida, que te haya conocido, te amo Sky, jamás lo olvides.

Lo acerque y le di un hermoso beso, lleno de dulzura y que poco a poco se agregó la lujuria.

Instantes de felicidad. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora