¡Sueltame, carajo!

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Se encontraba durmiendo tranquilamente en su cama tomando el descanso que de hace días no tomaba, sentía cada parte de sus músculos contraerse provocandole un fuerte dolor por todo su cuerpo.

Definitivamente necesitaba dejar de exigirse y comenzar a cuidarse.

Se movía de un lado a otro acomodando su cuerpo hasta abrir lentamente los ojos y sentir la cálida luz sobre su rostro, dio un pequeño quejido estirando sus brazos y bostezo cerrandolos nuevamente, pero rápidamente los abrió y se sentó de golpe en la cama. Apesar de que le habían dicho que no debía ir a su empleo de la mañana sabía que no le habían dado el tiempo suficiente a la sra. Kurumo para buscar un remplazo.

Eran las 6:30 de la mañana, así que aún estaba a tiempo.

Rápidamente se preparó y se dirigió a la acogedora panadería.

SK: Me informaron que dejarías de trabajar con nosotras. -habló al verla entrar por la puerta principal mientras limpiaba una de las bandejas-. Un tal Kang Woo.

TN: Así que ese era su nombre... -musitó inaudible extrañando a la mujer-.

SK: ¿Qué dijiste querida?

TN: Nada, nada... y no se preocupe, no la dejaré aún con tanto trabajo. Ni siquiera tiene a alguien más para que la ayude en la tienda. -caminó rápidamente por los pasillos y dejó su bolso a un lado tomando su delantal de cuerpo completo-.

SK: No sabes cuánto te agradezco, hija. Te prometo que cuando encuentre a alguien más, serás libre.

La mañana fue sumamente movida. Las personas entraban y salían de la panadería agotando la mercadería y obligando a hacer más para los demás clientes.

[...]


XX: ¡Esta mierda esta fría! -lanzó la taza de café contra el suelo provocando que a los segundos la cerámica estuviera esparcida por el suelo-. ¡Si no puedes servir un café como corresponde, no deberías de trabajar aquí! -espetó frente a la menor-.

AN: Lo siento mucho, le traeré nuevamente su pedido. -se disculpó con repetitivas reverencias frente al sujeto mordiendo sus labios para no romper en llanto-.

Toda la atención estaba en ellos dos, los clientes murmuraban y los empleados veían con asombro la situación, nadie se atrevía a verificar qué era lo que ocurría a excepción de una persona que lo presenció al momento de abrir la puerta.

TN: Disculpe, pero ese no es el modo de reaccionar ante un mal servicio, aunque dudo mucho que mi compañera se lo haya dado. -se paró frente a Annie quien recogía los pedazos esparcidos en el suelo-.

XX: ¿¡Quién mierda te crees, mocosa!? -se acercó a ella de forma amenazante fulminandola con la mirada-. ¡Exijo hablar con su jefe!

TN: Por lo que escuché el café estaba helado, ¿no es así? -arqueo una de sus cejas sin importarle la actitud del cliente-. ¿podría explicarme el vapor que aún emite el café esparcido estando en el suelo ?, supuestamente estaba helado.

XX: Es una buena para nada, el café estaba frío y ni siquiera tenía azúcar. -habló evitando completamente la pregunta y ______ miró con algo de sospecha al sujeto luego a Annie. Suspiró levemente y dirigió su mirada nuevamente al cliente-.

TN: Déjeme explicarle, éste azucarero está aquí para que el cliente le eche a su café o bebida caliente a su gusto y así evitar cualquier tipo de problema. -tomó el pequeño frasco de arcilla y comenzó a explicarle como a un niño de cinco años-. Lamentamos no habérselo dicho al momento de entrar, ése fue nuestro único error. Y por lo del café, una persona civilizada no reaccionaria de tal manera, si no estuvo satisfecho con nuestro servicio solamente tuvo que haber pedido que lo re hicieran.

XX: A quién vienes a hablarle así... -se acercó a ella amenazante alzando una mano con la completa intención de darle una bofetada-.

LH: Lo siento mucho, pero creo que debo pedirle que se retire. -intervino con una amplia sonrisa tomando el brazo del sujeto firmemente colocándose entremedio de ambos-. Le mostraré la salida.

XX: ¡Sueltame, carajo! -comenzó a gritar mientras era arrastrado hasta la salida por el joven-.

LH: Muchas gracias por preferirnos pero por favor, no vuelva a hacerlo nuevamente. -agradeció con una reverencia y cerró la puerta-. Vaya imbécil... -resoplo agotado-.

Al ver que se llevaban al sujeto que causó un gran lío, dirigió nuevamente su mirada a su pequeña compañera y se hincó a un lado de ella.

TN: Yo lo recojo... ve a cambiar tu delantal. ¿te hiciste daño? -quitó los pedazos de sus manos y vio su brazo algo colorado y supuso que le había caido un poco de café-.

AN: No te preocupes, estoy bien... -alejó rápidamente su brazo y lo escondió bajo la manga de su polera-. No es nada grave.

TN: ¿Hyun, podrías limpiar esto, por favor? -tomó la mano nuevamente de la muchacha y se levantaron del suelo-.

LH: Claro, vayan. -asintió con su cabeza y vio a los demás clientes que aún seguían con la mirada en ellos-. Ok, el espectáculo se acabo. Lamentamos las molestias, pueden volver con sus pedidos y su compañía.

Caminó con Annie hasta los vestidores y buscó el pequeño maletín de primeros auxilios.

Luego de obligarla a que se quedara quieta, pudo terminar de curar su brazo y continuar con su trabajo.

Ya la noche había caído y los clientes fueron retirándose, todo el lugar quedó completamente vacío a excepción de los empleados.

Luego de limpiar y cerrar el restaurante, pudieron caminar tranquilamente por las calles desoladas alumbradas por unos pocos faros anaranjados.

LH: Cada día me impresionas más, _______... -sonrió tímidamente-.

TN: ¿A qué te refieres? -lo miró desentendida-.

LH: Como confrontaste a aquel sujeto, fue realmente admirable.

TN: Ah... eso... hice lo que cualquier persona hubiera hecho. -arqueo ambos hombros restandole importancia-.

Sonreía con orgullo admirando a la chica a su lado, el sonrojo de su pequeña nariz resaltaba tiernamente de su rostro mientras frotaba ambas manos intentando encontrar algo de calor en ellas. Acercó su mano que estaban refugiadas dentro de su bolsillo y tomó la de ella, sintió una pequeña electricidad por todo su cuerpo y bajó su mirada avergonzado, sentía el frío que emitían éstas pero raramente le daba cierta sensación de calidez. No se atrevió a ver el rostro sorprendido de la chica y solo metió su mano dentro de su bolsillo para compartirle un poco de su calor.

LH: Así no tendrás tanto frío...

TN: Eh... si... -bajó la mirada avergonzada y continuó caminando-.

LH: ¿Quieres que te venga a buscsr luego de la práctica? Es muy peligroso que estés en las calles por estas horas... -su tono demostraba preocupación, sabía que no era buena idea que estuviera yendo a su casa casi por la madrugada y apenas dormir-.

TN: No te preocupes, tomaré un taxi y me iré. -le sonrió frunciendo sus labios, provocando que sus ojos se convirtieran en una pequeña línea negra-.

LH: Ok... -suspiró no muy convencido-.

TN: Nos vemos...

Son Mi LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora