Come antes de irnos.

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JM: No importa qué es lo que haga... te sigo amando... -susurró provocando la última sonrisa en ella hasta quedar completamente inconsciente-.

A pesar de sus piernas temblorosas, y el dolor infernal de sus brazos y pies, logró acercarse nuevamente a la cuidad quedando frente a un dudoso motel. Sin otra alternativa, entró en éste y pidió una habitación para poder descansar y pasar lo que restara de la noche en aquel lugar, y de paso, estar junto a ella antes de que vuelvan nuevamente a la realidad.

Hizo una pequeña reverencia frente al recepcionista y éste colocó las llaves entre sus dedos donde se encontraba sujetando el cuello de ______. Subió las escaleras y con dificultad, abrió la puerta n° 146 con la llave que le correspondía.

Empujó levemente la puerta con el pie para cerrar ésta y caminar hasta la cama que se encontraba frente a el. La Dejó con sumo cuidado y quitó sus zapatillas para luego cubrirla con las sábanas.

Dio un profundo suspiro demostrando su cansancio y se acercó al pequeño sillón junto a la cama, dejó caer su cuerpo sobre éste y salió un quejido de sus labios al sentir como sus músculos se extraían. Luego de uno segundos, se encorvó hasta desatar los cordones de sus zapatos, los quitó con sumo cuidado junto a sus calcetines y sintió un horrible ardor en ellos luego de quitar la piel suelta dejando un color carmesí en ellos.

Apoyó su espalda y cabeza en el respaldo del sillón cerrando los ojos un poco más aliviado.

[...]

Gruñio al sentir por segunda vez el celular timbrar, abrió con dificultad los ojos y se sentó. Llevó rápidamente ambas manos sobre su cabeza al sentir un horrible dolor punzante obligandola a cerrar los ojos nuevamente con fuerza esperando a que se alejara esa infernal sensación.

JM: Veo que despertaste... ¿Cómo te encuentras?

Bajó ambas manos y vio a través de sus cabellos -que ahora se encontraban sobre su cara- la persona que había adorado y odiado incontables veces.

Se sentó de forma recta y vio su torso desnudo, bajó la mirada y sus pantalones tampoco se encontraban en su lugar. Acercó rápidamente las sábanas y las apretó contra su pecho con los ojos abiertos de asombro y al instante hizo una mueca de dolor al sentir su cabeza retumbar.

TN: ¿Q-qué haces aquí...? -preguntó con una voz ronca que hasta a ella misma la sorprendió provocando un sonrojo en sus mejillas avergonzada-. ¿Que es éste lugar? -agregó luego de aclarar su garganta y mirar a sus alrededores-.

JM: Ten. -estiró su mano frente a ella ignorando sus preguntas y le entrego un vaso de agua junto a una pastilla-. Te ayudará para el dolor de cabeza.

Aceptó de éstas extrañada sin quitar la mirada sobre el.

Quitó el vaso de sus manos y permanecieron mirando sus ojos fijamente sin decir una sola palabra. Se veía cansado pero con un peculiar brillo en ellos, intentaba descifrar la razón pero le era imposible con aquel dolor dentro de su craneo.

Dio un pequeño salto al ver como abrió un poco más los ojos como si hubiera recordado algo y entró a una habitación desconocida.

Quería volver a recostarse, pero se detuvo luego de ver como entraba nuevamente a la habitación junto a un plato y dos vasos sobre su pecho.
Desvió su mirada avergonada al ver como tomaba ayudado de su lengua, un waffle agarrandolo con sus dientes para que ésta no cayera.

Dejó el plato sobre sus piernas y le entrego uno de los vasos que contenía leche blanca.

JM: Come antes de irnos... -tomó el waffle con sus manos y dio la media vuelta en dirección al baño-.

Son Mi LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora