No, por favor...

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TN: ¿Dónde demonios estoy...?

Su cabeza daba vueltas y sentía un horrible dolor en su nuca. Intentó moverme, pero se le hacía imposible, sus brazos y piernas estaban inmóviles. Se movía con desesperación y al instante sintió arder su cueroo arder. Su vista estaba oscura, la tela sobre sus ojos no permitía ni un solo rayo de luz, desesperandola aún más.

TN: ¿¡Qué quieren de mi!?

Gritó al oír unos pasos a sus alrededores. La cercanía aumentaba hasta sentir el tacto de unos fríos dedos sobre su hombro y cuello descubierto.

XX: Es bastante hermosa... -bajó sus manos hasta sus piernas y comenzó a tocarlas metiendo una de ellas bajo su vestido. Al instante las cerró y las apretó entre ellas atrapando la mano de aquel sujeto-.

TN: No me toques, maldito. -gruñó entre dientes-.

XX: Woohoo... es ruda esta niña... me gusta. -celebró uno de ellos de lejos, informándole que no estaba sola junto al sujeto anterior-.

Aquél sujeto dejó de apoyarse contra la muralla y caminó hasta quedar frente a ________, levantó su mano y al intante dio una bofetada sobre su mejilla provocando que su rostro girará con brusquedad por el impacto.

XX: No respondas, mocosa insolente. Más te vale obedecer si no quieres que te mate aquí mismo. -amenazó con altanería el pelinegro-. ¿escuchaste? -levantó su barbilla y ella asintió lentamente resistiendo las ganas de llorar-.

Su mejilla ardía como el infierno gracias al fuerte golpe, pero la venda sobre sus ojos se había desacomodando permitiendole ver a sus secuestradores.

Frente a ella se encontraban dos hombres de alta estatura y contextura delgada. El más alto tenía una tatuaje de una cobra en su cuello y el que se encontraba a unos pasos más lejos tenía una en su clavícula. Aparentaban tener su edad o unos años más.

Intentó memorizar sus rostros, pero rápidamente unas manos cubren sus ojos impidiéndoselo nuevamente.

XX: Pronto nos verás, cariño. No te preocupes... -susurró en su oído provocandole un horrible escalofríos mientras le acomodaba la venda-. Posiciones, chicos...

Se levantaron de sus puestos y quitaron sus chaquetas para tener mejor movimiento. Tomaron una cadena y la engancharon a una argolla del techo.

La sonrisa de los sujetos aumentaba al ver que el menor de sus colega desanudando el amarre de la silla en sus brazos. Tomó el extremo de estos y la obligó a levantarse de la silla luego de desanudar la cuerda alrededor de sus tobillos.

XX: Escucho un solo quejido y hago un corte en tu pierna, ¿escuchaste? - susurró en su oido y pasó lentamente la hoja de una pequeña cuchilla a un costado de su pierna hasta su muslo-.

Con el temor a flor de piel, asintió derramando lentamente las lágrimas por su mejilla humedeciendo aquélla venda sobre sus ojos.

Fue obligada a subir sus manos y dejarlas ahí por el amarre.

Uno de los hombres se acercó a ella y comenzó a tocar sus piernas hasta subir por su abdomen y posar ambas palmas abiertas sobre sus pechos para luego apretujarlos y rajar la parte superior de su vestido.

TN: No, por favor... -suplicó en sollozo encogiéndose en su propio cuerpo-.

[...]

L

uego de anoche, ninguno de los siete supo ni una sola noticia de ________.

Estaban preocupados, preguntaron en su trabajo luego de que amaneciera, a sus compañeros se trabajo y amigos, e incluso a Lee Hyun, visitaron su casa pero no había rastro de ella. Llamaron incontables veces, pero era inútil.

Son Mi LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora