Yah... ¿te gustaría acompañarme?

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Llevaba dos semanas desde que había comenzado nuevamente el entrenamiento en la compañía. Todas las noches caminaba junto a Le Hyun quien la dejaba e iba a buscarla cuando salía del gran edificio, le había dicho que no era necesario pero él de todas maneras seguía yendo y la acompañaba a su hogar, habían veces que eran tan altas las horas que salía luego de la practica que se quedaba junto a ella en su casa a dormir. Prácticamente vivian juntos.

Dejó de trabajar en la panadería luego de que la Sra. Kurumo encontrara una nueva empleada, ahora podía dormir todas las mañanas hasta tener que levantarse para su turno de tarde en el restaurante.

Su rostro lentamente comenzaba a tomar nuevamente color gracias a que Le Hyun le obligara a alimentarse y a descansar como era debido. Todas las mañanas le dejaba su desayuno listo antes de irse e ir a trabajar.

LH: ______, ya me voy... la comida está lista. Nos vemos. -besó su frente y tomó su chaqueta que se encontraba a un lado de la cama-.

TN: Que te vaya bien... -su voz sonaba ronca ya que seguía somnolienta-.

LH: ¡Me enojare si no te comes todo! -gritó por los pasillos y se escuchó como cerró la puerta principal luego de salir-.

Se levantó con la pereza pegada a su cuerpo y caminó hasta la cocina para alimentarse.

Su cuerpo se sentía satisfecho gracias a su amigo quien la ha cuidado como una hermana o eso es lo que ella pensaba. Sabía que Le Hyun sentía algo por ella pero no sabia que sus sentimientos cada vez se hacían más fuertes.

Durmió toda la mañana hasta escuchar nuevamente su molesta alarma para ir a su trabajo de medio tiempo, tomó un baño e inició su camino hasta el restaurante.

La tarde fue tranquila a comparación de otros días, las clases comenzaban nuevamente y el lado de la cafetería se llenaba de estudiantes de preparatoria provocando sentimientos de nostalgia en la ya graduada.

LH: Vendré a recogerte a las 3:30... si no sales, te iré a buscar y te arrastrare hasta la casa, ¿esta bien? -acomodó la bufanda sobre su cuello y despeino su cabello-.

TN: Pareces mi padre cuando haces eso... -quitó sus manos intentando arreglar nuevamente su cabello y arregló su flequillo-.

LH: Nunca podría ser como tu padre... él era un dios griego a comparación de mi-. Torció sus labios en una mueca y alzó los hombros-.

TN: No es cierto, tu estas bien a comparación de otros. -dio una pequeña risa y subió unos escalones-. ¿Qué harás ahora? -preguntó con ambas manos dentro de los bolsillos de su sudadera-.

LH: Mh... lo más probable es que haré lo que las personas común y corrientes hacen todas las noches. Dormir. -asintió con su cabeza satisfecho y bajó unos cuantos escalones-.

TN: Yah... ¿te gustaría acompañarme? El guardia está de vacaciones y no hay nadie más en la compañía... -infló levemente una de sus mejillas y dio pequeños golpecitos en el suelo con la punta de sus pies-.

LH: ¿Estás segura de que puedo entrar? -preguntó no muy convencido-.

TN: Claro, no veo lo malo en ello. -arqueo los hombros y le ofreció su mano-. ¿vamos?

Miró pensante su mano y la sostuvo algo temeroso. Rapidamente sintió una electricidad por todo su cuerpo haciéndolo retorcerse levemente, bajó la mirada sonrojado y subió las escaleras junto a ella.

TN: Este es el lugar que me hace sudar a tal punto de desfallecer... -abrió las puertas e ingreso. Le Hyun la miró con gracia por sus palabras y fue ahí donde se dio cuenta que sus palabras se podían malinterpretar-. Digo... no en ese sentido, no me refería a eso... digo...
LH: Está bien, no necesitas explicarme. -sonrió ampliamente y caminó alrededor de la amplia sala con un gran espejo frente a ellos- ¿Qué es lo que ensayas todas estas noches?

Son Mi LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora