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Esa mujer se salió con la suya... más o menos.

No es el velo corto que yo quería, sin embargo tampoco es el que Diane me había mostrado. Este velo es largo pero no ostentoso y en realidad se ve muy bonito. No solo se ve bonito sobre el vestido en la cama, sino que también sobre mi cabeza.

Sí, jugué con mi propio vestido de bodas, incluso he sacado el ramo de flores artificiales y he estado practicando mi lanzamiento, que resultó ser pésimo, pero afortunadamente no he roto nada de valor, solo un vaso que no debería haber estado en la mesita de centro de la sala.

Ahora solo estoy modelando el vestido para todas mis espectadoras, que son básicamente mis amigas June, Clary, Luce y Demi, mi mamá y mi hermana, mi suegra, mi cuñada Danielle y mi pronto-a-ser sobrina Alena. Ninguna de ellas había visto antes el vestido, pues quería elegir yo misma el vestido correcto, sin sentir la presión de nadie ni intentar escoger algo que complaciera los gustos de nadie más, solo los míos. Y me siento satisfecha con mi elección.

—Es hermoso —solloza mamá—. Toda tú te ves hermosa, hija.

—Más que hermosa... No hay palabras para describir lo bien que te ves —La sonrisa de Demi se amplia, sus ojos reflejan nada más que honestidad.

—Hiciste una excelente elección —Mi suegra habla, secándose las lágrimas—. No puedo creer que ya falte un mes para la boda.

—Imaginen como estoy yo —digo, sintiendo que los nervios me invaden—. Es decir, ya todo está listo, ya no tengo nada que hacer salvo esperar por el gran día. Y cada minuto parece irse más lento que el anterior.

—Sentirse así es normal. Especialmente cuando falta tan poco para la boda —Mi suegra habla con voz calma, sonriéndome.

—Es cierto, yo sentía que los días iban en cámara lenta antes de casarme con Kevin.

—Solo quisiera que los días se fueran más rápido.

—Y lo harán, cuando menos te lo esperes ya estarás caminando hacia el altar —me dice mamá—. Ahora ve a quitarte ese vestido antes de que lo ensucies.

—Y guárdalo muy bien, si Nick lo ve antes de la boda será de mala suerte —Mi pequeña hermana sonríe maliciosa, sabiendo que últimamente ando muy supersticiosa, todo debido a mis nervios prenupciales.

Mamá le da un golpecito en el hombro, a modo de reprimenda, antes de que la obligue a seguirla a la cocina y les ayude a ella y a mi suegra a preparar café para todas.

Mientras tanto las chicas me siguen a mi habitación y me ayudan a salir del vestido, preguntándome cómo me voy a peinar, qué canción vamos a bailar Nick  y yo (algo que no respondo pues es una sorpresa), y admirando los zapatos que usaré en mi boda surge el tema de la lencería que sigue estando en duda.

—Debes usarla —dice Demi con firmeza—. Si algo vuelve loco a un hombre es la lencería, puesta.

—Pero es que no me siento...

— ¿Si quiera te la has probado? —pregunta Clary, torciendo los ojos ante mi negación—. Izzy, si no te la pruebas no puedes estar cien por ciento segura sobre cómo te sientes.

—Pero ¿y si no veo tan bonita como la chica de la etiqueta?

—Te vas a ver muchísimo mejor que la fulana esa —asegura June.

—Definitivamente te verás mejor —afirma Demi cruzando los brazos. Todas asienten y hablan al mismo tiempo, repitiendo lo mismo: Te verás mejor que eso.

Así que prometo probarme la lencería cuando esté sola, sin embargo ninguna cree que lo haga en realidad, por lo que me fuerzan a entrar en el baño contiguo a la habitación y enfundarme en las prendas. Lo cual hago al no tener otra opción. Me desnudo y lo primero que me pongo es el sostén blanco de encaje, se ve bien, debo admitir, luego deslizo mis piernas entre las bragas, también de encaje blanco, quedando solo las ligas, las cuales no tengo idea de cómo ponérmelas.

Loving You | Nick JonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora