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El viaje desde el hotel hasta el jardín La Séptima Nube es rápido, casi como un parpadeo. Aunque probablemente solo sean mis nervios los que me hacen pensar que el tiempo se pasa volando.

Mis mejores amigas y damas de honor ya están fuera de la limosina junto a mi hermano, quien me entregará en el altar hacia mi nueva vida. Mamá y Melody ya han desaparecido por el camino decorado con luces de diferentes tamaños que conduce al área que hemos reservado para la boda. Ahora solo falto yo.

—Ya es hora —Caleb ha abierto mi puerta, sonriéndome por millonésima vez en el día y me ofrece su mano, la cual tomo y me ayuda a salir del vehículo.

Mis amigas se acomodan en hilera con Luce al frente, Clary en el medio y al final June. Carol aparece de la nada, con una radio cerca de su boca y nos hace una seña que indica que ya es hora de caminar hacia el altar.

Enredo mi brazo al de mi hermano, sujetando con fuerza mi ramo mientras caminamos por el camino indicado al cual le han puesto una larga alfombra verde ya que después de todo ha llovido un poco más en esta parte de la ciudad y ha quedado un poco enlodado. Carol le ha indicado a mi hermano que debemos hacer una pausa justo debajo de un umbral adornado con enredaderas y flores que han instalado a unos metros de la gran carpa blanca que han tenido que instalar en caso de que vuelva a llover, para darle tiempo a mis damas de honor de preparar a los invitados para mi gran entrada.

La música que indica mi presencia inunda mis oídos antes de que siquiera pueda ver a los invitados. Todos están de pie, con sus ojos puestos en mí, sonriendo y me doy cuenta de que yo debería hacer lo mismo. Sonreír y no morderme ansiosa el interior de las mejillas.

Miro al suelo, encontrando las florecillas que Alena, mi divina niña de las flores se ha encargado de arrojar a lo largo del simulado pasillo y después poso mis ojos al frente, encontrándome con Nick. Luce realmente apuesto en su esmoquin negro y hecho a la medida, pero su atractivo pasa a segundo plano cuando encuentro sus ojos brillosos y su sonrisa temblorosa.

No puedo evitar soltar una lágrima, siempre soñé con este momento, el momento en que el hombre esperándome al final del altar me mirara y sus emociones fueran tan legibles como un libro, tan claras como el agua que no quedara duda alguna de que me ama tanto como yo a él y no tuviera miedo alguno de demostrarlo al mundo.

Caleb murmura algo para Nick cuando estamos frente a él, en este momento lo único que soy capaz de escuchar con claridad son las palpitaciones aceleradas de mi eufórico corazón que trata de escaparse de mi pecho y huir directo hacia el de Nicholas. Mi hermano abraza a Nick brevemente y se gira hacia mí y abrazarme antes de entregar mi mano y caminar a su asiento. Le sonrío a Nick, quien me devuelve el gesto y acaricia mi mano con su pulgar.

—Bienvenidos sean todos, esta tarde nos reunimos para celebrar la unión en santo matrimonio de esta joven pareja...

El reverendo frente a nosotros habla sobre lo valioso que es el matrimonio, recita de memoria algunos pasajes de la biblia y cuenta pequeñas anécdotas que suponen dar conocimiento y sabiduría sobre la vida. Miro hacia atrás, a donde mi madre está sentada y la veo llorando con una enorme sonrisa en el rostro, veo a mi hermano reluciendo de orgullo e incluso Melody se permite mostrarse feliz al esbozar una ligera sonrisa.

—El amor es paciente y bondadoso, nunca es envidioso, el amor no es jactancioso ni orgulloso. Nunca se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita de los pecados de los demás sino que se regocija con la verdad, siempre está dispuesto a disculpar, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no llega a un fin. Hay tres cosas que perduran, la fe, la esperanza y el amor y el mayor de ellos es el amor.

Lloro, porque ese es el pasaje de la biblia que yo siempre había querido escuchar el día de mi boda y le entrego mi ramo a June, que está parada a mi izquierda y me entrega el anillo para Nick antes de girarme hacia él, veo a Joe, que está parado a la derecha de nosotros, seguido por Kevin y Frankie, sacar del interior de su saco un anillo más pequeño y se lo entrega con una sonrisa a Nick quien se gira y quedamos frente a frente.

Respiro entrecortadamente, y escucho al reverendo explicar a nuestros invitados que Nick y yo hemos decidido escribir nuestros propios votos, antes de verle mirándome fijamente. Sonrío con nerviosismo y miro directamente a los ojos de Nick.

—Yo, Jane Isabella Fitzpatrick, me entrego a ti en este día para compartir mi vida contigo —comienzo, forzándome a hablar alto y claro para que al menos Nick pueda escucharme—. Puedes confiar en mi amor porque es real y prometo honrarte y apoyarte siempre, permanecer junto a ti en lo bueno y en lo malo, en lo mejor y en lo peor. Prometo entregarte mi alma y aceptar todas tus virtudes y defectos —Tomo la mano izquierda de Nick, mis propias manos realmente temblorosas mientras deslizo con torpeza el aro de oro en su dedo anular—. Te pido que te quedes a mi lado y seas mi mejor amigo, mi amante, mi confidente porque yo seré tu compañera incondicional y mi promesa es sostener tu corazón para seguir soñando juntos al final de cada día por el resto de nuestras vidas.

Nick sostiene mis temblorosas manos, me sonríe y le veo inhalar profundamente.

—Hoy dejamos el «yo» por un «nosotros», y te prometo ser un esposo fiel y compartir y apoyarte en tus esperanzas, sueños y metas. Cuando caigas te levantaré, cuando llores te confortaré, cuando rías compartiré contigo tu gozo, y te escojo como mi esposa sabiendo que la magia de nuestro amor  apenas comienza y nos ayudará en los tiempos de adversidad y nos llenará de alegría los tiempos de prosperidad y mientras envejezcamos y lentamente cambiemos podremos mirarnos a los ojos y saber que lo que tenemos juntos nunca desaparecerá —Mi visión se nubla por completo, víctima de las lágrimas que se abren camino por mi rostro. Nick suelta un par de lágrimas cuando empieza a deslizar el anillo dorado por mi dedo anular izquierdo—. Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad.

—Y ahora, con el poder que me confiere Dios y el estado de Texas, yo los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.

Nick sonríe, levanta mi velo y acuna mi rostro, eliminando la distancia entre nosotros al posar su boca sobre la mía y besarme de la manera más dulce, pasional y cursi que haya en este mundo, obligándome a aferrarme a su cuello cuando decide inclinar mi cuerpo sobre el suelo como hacen los bailarines profesionales.

Mis nervios desaparecen por completo, mis temblores se van y ahora simplemente me siento eufórica.

Ahora soy JaneIsabella Jonas.












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Ojalá que si les guste, me tomó dos días poder escribir algo que me convenciera a mí misma, jaja.
espero sus comentarios con sus opiniones :)

Loving You | Nick JonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora