15.

15K 1.1K 252
                                    

Cuando tenía veintitrés años llegué a casa y encontré a Camila llorando. Cuando me acerqué a ella, se colgó de mi cuello.

—Las bananas son hermosas —me dijo entre lágrimas—. No entiendo como la gente se las come. Eso es cruel. Las bananas son amigas, no comida.

Miré a mi alrededor, y encontré la caja vacía de jugo de naranja. Luego recordé que días atrás yo había vaciado media botella de vodka en ella y la había mezclado con el jugo. Me reí de mi misma y de ella por haber sido tan tonta.

—Eres hermosa, Lern Jergi —susurró en un intento de voz seductora mientras caía en la cama—. Ven aquí, mi amor.

—Estás ebria, Camzi.

—A la mierda. Quiero hacer el amor contigo.

Sonreí. Se veía tan tierna y a la vez tan graciosa en ese estado.

—Mi amor, tú...

Pero no pude terminar la oración porque Camila gritó que era un dragón y salió corriendo por la casa con la intención de lanzar fuego por la ventana.

next door; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora