40.

10.3K 855 97
                                    

Cuando tenía setenta y tres años, Camila trajo un gato a casa.

—¡Se llamará Plátano! —exclamó, sus ojos brillando de felicidad.

—Se dice banana —intervine.

—Plátano.

—Banana.

—Plátano.

Reí.

—Bueno, plátano también.

next door; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora