Una historia en donde la oficial de policía Judy Hopps inscribe a su buen amigo Nicholas P. Wilde como compañero al ZPD. La función de los 2 es combatir el crimen en la ciudad sea como sea.
Pero por otro lado, a medida que pasan los días... Nick in...
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Nick, llega a la casa de Judy, el llevaba a su amiga cargando, había sido un día muy pero muy agitado, la lluvia había mojado a sus peludos cuerpos, el agotamiento era verdaderamente un dolor, pero por fin, ese zorro llegó, al llegar, este deja a su pequeña amiga en su apartamento, la pequeña coneja en eso se dirige a su closet, para sacar ropa seca, y evitar a toda costa algo que pueda enfermarla.
-Voy a cambiarme... En un momento regreso.-Dijo la coneja, -Cuando termine de cambiarme, podrás cambiarte tú.
Nick no tenía razón por la cual discutir la decisión de su compañera así que este se queda esperándola, y al irse, el retira su corbata, con cansancio en su mirar, sabe que no tiene que intervenir en ese asunto aunque el tenga el gusto de hacerlo... Pero prefiere quedarse y esperar respetuosamente a que esté lista. Judy se dirigió a su baño, cerró la puerta al entrar en el, mientras tanto, el zorro, Nick, no soportaba el hecho de estar todo mojado, fue retirando su camisa, botón por botón hasta deshacérsela de su húmedo ser, procedió a quitarse sus pantalones, dejándolos tirados en el suelo delante de el, el zorro no podía quedarse desnudo en la casa de su amiga, así que se dirigió al closet por una toalla para cubrirse aunque esta fuera muy pequeña. Judy no había empezado su ducha, puesto que su ropa íntima le faltaba, ella sale para buscarla, pero... Al ver a su compañero sin camisa, con únicamente una toalla encima, al ver su esponjada cola al rojo vivo combinado con ese peludo y colorido pecho...
Rápidamente se tapó los ojos por pena a verlo casi desnudo, no hubo mucha diferencia, el zorro se le quedó viendo, puesto que ella había salido también semi desnuda con su toalla, su vista pudo llegar más allá de su colita, era una situación incomoda, el estaba excitado por verla en tal condición, tapó lo que su miembro hacía con la toalla, un gran bulto en ella, estaba muy avergonzado. Judy se destapó los ojos, se percató de lo que el zorro hacía con tal de que no lo viera, cálidamente se acercó, lo tomó de sus patas para que descubriera su bulto, con ese mismo sentir le dijo: -No tienes ningún motivo por taparte... Sé que te gusta verme así. Judy acercó su pequeña cabeza al estómago de su zorrito, recargándose muy dulcemente.
-Judy..., -Susurró Nick. Judy despegó su rostro de su panza, sin soltar su grande pero suave pata del zorro, se dirigió a la cama, guiándolo.
Ambos tomaron asiento al borde de la cama. Nick ya tenía en mente lo que la traviesa pero tímida coneja quería, el comenzó el acto.
-¿E-Estás segura de esto?, ¿Judy...?. Judy, al oír esas atentas palabras volteó con rapidez, su rostro estaba sonrojado, y segura de sí misma, entre cerró sus ojos... Subió su rostro al zorro, bajó sus orejitas y recargó de nuevo su cabecita a su hombro, segura de sí...
-Si, mi astuto zorro. Nick estaba atónito de las palabras que salían de su hociquito, pero quería empezar... Tomó su pequeña patita, en muestra de su amor, volteó a la dirección de donde se encontraba, cerró sus ojos, puso su otra pata atrás de su cabeza, la acercó, lentamente le dio un apasionado beso, un beso que había esperado ya mucho tiempo, un beso que... Fue maravilloso y duradero. Nick no se despegaba de su amiga, la recostó con delicadeza, sin despegar sus dos hocicos, el zorro se encontraba encima de ella, en cuatro patas, tomó la toalla de su amiga, y lentamente se la fue desenrollando, quedando su pecho al desnudo entero, ya no había vuelta atrás.
