Capítulo 47

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Caminé hacia la habitación de Liam luego de haberme tomado unos minutos para así poder relajarme.

Entré lentamente, dándome cuenta de que no estaba, mi mirada buscaba por todos lados, entonces sentí el calor de su cuerpo detrás de él mío, su barba raspando mi mejilla y sus labios dándome pequeños besitos.

-Te demoraste -susurró, abrazándome con sus fuertes brazos.

-Lo siento -traté de sonar tranquila.

Entonces caímos a la cama, él encima de mí. Joder, este hombre no se cansa. Me dio un pequeño beso en los labios y comenzó a acariciar mi estómago.

-¿En qué... íbamos? -preguntó, mordisqueando mi labio suavemente.

-En que debes bañarte y luego tomar una siesta -susurré, mirándolo a los ojos.

-Vaya forma de rechazarme -frunció el ceño.

-¡No! -le di un beso. -Jamás te rechazaría, Liam -continué dando besos en la comisura de sus labios mientras sostenía su cara con ambas manos. -Es sólo que... ahora no tengo ganas.

Se quedó mirándome por unos segundos.

-Vale -se echó hacia un lado.

-¿Estarás molesto? -pregunté, mordiéndome el labio tímidamente.

-No -negó, ahora levantándose. -Me bañaré. -avisó, entrando al baño y cerrando la puerta tras de él.

Y definitivamente estaba molesto.
Pobre Liam... Bueno, no era tan pobre, acabábamos de follar, ni que hubiese estado en abstinencia por años. ¿Pobre? Pobre de mí. Ahora estaba sospechando sobre Liam.

"Un hombre comprometido"
¿Comprometido? Había algo que no me cuadraba. ¿Y si Liam me había mentido otra vez? ¿Y si jamás terminó con Sophia? Maldito bastardo.

Nada extraño en él.

Y siempre terminaba siendo yo la mala del cuento.

Me levanté de la cama y busqué mis cosas con rapidez. Para ser sincera, no sabía ni que iba a hacer. No sabía si marcharme o quedarme, si enfrentar a Justin o quedarme callada, al fin y al cabo, ¿Cómo iba a preguntarle? Eso nos llevaría a la llamada de Sophia.

Una vez estuve vestida, me quedé quieta por unos segundos, justo en eso Liam salió del baño, estaba completamente desnudo y mojado.

Joder, joder, joder. Le asentaba tan bien el estar así, me perdí mirando esas gotitas de agua bajando por su torso.

-¿Te vas? -preguntó con el ceño fruncido.

-Eh... bueno... -sacudí la cabeza e intenté mirar hacia otro lado. Lo que tenía en frente era una jodida tentación. -P-pues... -me quedé callada en cuanto miré su polla.

Sonrió seductor en cuanto se dio cuenta. Comenzó a acercarse lentamente, yo lo miraba estática, preguntándome porque justo ahora tenía que darme el no sé qué cuando lo había visto desnudo infinidades de veces.

La vida no es justa.

-¿Te gusta lo que ves? -preguntó, deteniéndose justo frente a mí.

-Liam deb...-

-Shh -levantó su mano y la pasó por mi cintura, atrayéndome hacia él. -Todo es tuyo, todo -comenzó a besarme con desesperación.

Le seguí el beso. En ese momento todo se me olvido. Sus labios tenían un efecto idiotizánte sobre mí, sencillamente no podía pensar, de milagro podía respirar, y eso que con dificultad.

-¿Ahora si te apetece? -susurró en mis labios.

Me mordí el labio inferior, mientras observaba sus maravillosos ojos marrones.

-Si me enseñas algo nuevo -dije, pasando mis manos por sus hombros.

Sonrió perversamente, mientras agarraba mi cintura con más fuerza, presionando su erección contra mi intimidad.

-Ya verás lo que tengo planeado, bebé -acarició mi mejilla.

Por su cara imaginé que se trataba de algo sucio. Jodido profesor Payne.

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Entré lentamente a casa, pidiéndole a Dios que mis padres no fueran a descubrirme. Ya eran más de las doce de la noche y no había llamado en toda la tarde. Por supuesto, la culpa fue de Liam, me mantuvo ocupada con sus "Enseñanzas".

La luz se encendió inmediatamente y mi corazón se aceleró.

Miré hacia la sala y vi a mis padres sentados en uno de los sillones, ambos me miraban seriamente.

Era grave.

-Hola... -sonreí tímidamente.

-_______, ven aquí. -pidió mi padre mientras me observaba con aquellos amenazantes ojos azules.

Me acerqué lentamente, los nervios podían verse en mis ojos. Dejé mi cartera en una mesita y me acerqué a un sillón para poder sentarme.

-No te hemos dicho que te sientes -exclamó mi madre severamente.

Asentí, mientras volvía a ponerme de pie. Ahora estaba más nerviosa que antes. Necesitaba tomarme algo, mi garganta estaba completamente seca. La mirada de mi padre decía "Se lo que hiciste".

Mierda.

-¿En donde estuviste?

-Hm, en casa de Ana -contesté, sabiendo que no era la mejor respuesta, pero no me dieron tiempo para pensar, mis habilidades para mentir había desaparecido.

-No me mientras, hemos hablado con la madre de tu amiga y nos ha dicho que no te va visto -se levantó de la silla y comenzó a acercarse. -Ahora dime, ¿en dónde estabas? -tenía la mandíbula apretada.

Follando con el profesor Payne, papá.

-Co...

-Piensa muy bien lo que vas a decir -advirtió mi madre, dándome una mirada profunda.

¿Y si no sabían de lo que pasaba con Liam? ¿Y si lo estropeaba? No sabía que responder.

Me quedé en silencio mientras miraba nerviosamente a mi padre, él seguía esperando mi respuesta, ahora estaba más impaciente que antes.

Entonces mi teléfono móvil comenzó a vibrar.

Mi padre cogió mi cartera inmediatamente y tiró todo hasta encontrar mi móvil. Me miró y luego miró la pantalla del teléfono.

-¿Sexy profesor Payne? -preguntó, elevando la mirada hacia mí.

Ahora si estoy jodida.

-Papá... -tragué saliva.

Tecleó el móvil y se quedó en silencio por unos segundos, luego miró hacia otro lugar y tomó una respiración profunda. -Mira esto, Jesse -se dirigió a mi madre.

Miré a mi madre rápidamente, sentí que mi corazón dejó de latir. Sabía que me habían descubierto, ahora todo estaba perdido.

-¿Qué significa esto? -exclamó, levantándose de la silla y caminando hacia mí. -¿Hasta cuándo pensabas ocultarlo? -gritó fuertemente, tomándome por los brazos.

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Seduciendo a mi profesor - Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora