Capítulo 18

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-Estamos en la institución. -susurró Liam, sin dejar de mirarme.

Lo miré, y mordí mi labio inferior. -Eso lo hace más excitante. -le dije sensualmente.

Él sonrió, mostrando sus dientes blancos. Su sonrisa mostraba malicia, Eso me prendió aun más.

Bajé la cremallera de su pantalón, e hice fuerza para sacar su erección sin lastimarlo.

-¿Ya has hecho esto o es tu primera vez? -preguntó, pasando su mano por mi mejilla.

Así qué esto era lo que había que hacer para tener a un Liam tranquilo.

-Ya lo he hecho. - admití, con un poco de timidez.

-Ah. -asintió, mirando hacía otro lugar.

- Pero estoy segura de que contigo lo voy a disfrutar. -susurré, acariciando su erección.

Me miró rápidamente, y mordió su labio inferior. - Ah, ¿Sí? -su voz era ronca.

-Sí. -asentí de forma inocente.

Comencé a mover mi mano de arriba abajo por su longitud, logrando qué él soltara el primer suspiro. Su mirada era fija en la mía. Sus manos vinieron a mi cabello y me lo tiró hacía atrás, despejando mi rostro.

- Profesor Payne. - tocaron la puerta con urgencia.

Solté su erección y lo miré nerviosa.

Liam miró rápidamente hacía la puerta y tragó saliva. -Mierda. -espetó.

Corrió la silla hacía adentro del escritorio, dejándome jodidamente estrecha. Abrió sus piernas para darme más espacio, me metí entre ellas y suspiré. Parecía metida dentro de una caja. -Siga. -exclamó él.

Escuché el sonido de unos tacones acercarse al escritorio. -Profesor Bieber, aquí le traigo el taller que nos dejó como tarea ayer en la mañana. Se lo traigo desde ahora por que ahora tengo una cita médica y tendré que dejar la institución antes de que termine la jornada.

-Vale. - escuché a Liam. -Déjeme revisarlo.

Rodeé los ojos, y miré su erección, todavía dura. Endemoniadamente dura. Dios.

Liam, llegó tu hora de pagar por lo que hiciste.

Pasé mis manos por sus piernas, Sintiendo la tela del pantalón gris que llevaba puesto. Llegué a su erección, y volví a retomar mi ritmo. Comencé a acariciarlo de arriba abajo.

La mano de Liam bajó, intentando apartar mis manos de ahí.
-Profesor Liam, ¿Puedo hablar con usted? -escuché la voz de otra chica.

Él dudo un momento para responder. -¿No puede ser ahora mas tarde? -preguntó, aun intentando guardar su miembro dentro del bóxer.

-Me queda imposible. -dijo la chica.

-Entonces, espere un minuto reviso esto. -espetó Liam.

Acerqué mi boca a uno de los dedos de su mano, y le di un pequeño mordisco. Él sacó la mano inmediatamente de ahí, para volverla a colocar encima del escritorio.

Sonreí con malicia, y decidí que lo atormentaría mucho más.

Saqué mi lengua, y la pasé lentamente por la puntica del pene de Liam. Sentí qué su cuerpo se tensó. Sonreí, y abrí mi boca, para succionar su glande.

- Oh... Mierda. - escuché decir a Liam. -Tengo un... Dolor de cabeza terrible. -añadió.

Las estudiantes seguían allí.

Volví a pasar mi lengua por los alrededores de su puntica, lentamente, torturándolo. Ya podía saborearlo y eso que no había llegado.

- Ya está. - oí a Liam decir.

-Gracias, profesor Payne. Que tenga buena tarde. -la escuché salir de la oficina.

Faltaba una.

Me alejé un momento de su erección.

-Dígame, ¿Qué necesita? -preguntó Liam.

-Bueno, en realidad...-La chica comenzó a explicarle sobre algo que yo no lograba entender.

Volví a acercar mi rostro, abrí mi boca y mordí su puntica, haciéndole sobresaltar al segundo. Su mano volvió a bajar, buscando algo. La estudiante hablaba rápidamente, como si no se cansara. Tomé la mano de Liam, y la acerqué a mis labios, para besar sus dedos, mientras mi mano acariciaba su erección.

- Vale, les llamaré la atención en cuanto salgan de clase. -anunció Liam, con la voz débil.

-Gracias profesor. -exclamó la chica.

-No hay de qué. -murmuró.

-Que tenga buena tarde y gracias una vez más. - la escuché alejarse.

Escuché qué la puerta se cerró, y sentí a Liam alejar la silla en la qué el estaba sentado, para mirarme a los ojos.

- ¿Te has divertido? -preguntó molesto.
- Demasiado. - dije con ganas, acercándome una vez más a su dureza.

Volví a guiarlo a mí boca, y seguí succionando su glande.

-Mételo por completo. -gruñó.

Lo miré a los ojos, y deslicé mis labios por su miembro, hasta meterlo por completo, o al menos lo qué pude.

-Oh, así nena. -llevó sus manos a mi cabeza y presionó con fuerza.

Seguí moviendo mis labios de arriba abajo por su erección, aumentando la velocidad poco a poco.

-¿Dejaras que me venga en tu boca? -preguntó, sorprendiéndome por completo.

Eso se escuchaba tan pervertido. Oh, dios, no sabía qué Liam podía ser tan caliente.

Deslicé mis labios hacía afuera y lo miré a los ojos. -No, ¿Sabes por qué? Por qué mi intención no es hacer que tengas un orgasmo.

Él frunció el ceño. -¿Qué? -soltó.

-Ahora estamos a mano, Liam. -me levanté.

Seduciendo a mi profesor - Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora