Capítulo 34

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-No sabía que tu novio podía ser tan vivo. -Liam se sentó en el sofá, a mi lado.

Luego de aquel escándalo que Harry había formado, Liam y yo nos habíamos marchado para su casa. Según él, Sophia estaba trabajando y no tenía porque llegar, así que accedí entrar.

-Harry puede llegar a ser tu peor pesadilla si se lo propone. -respiré con dificultad.

-Tómate esto. -me entregó un vaso con chocolate caliente.

-Gracias. -le di un sorbo. -Lo siento Liam, yo te metí en todos estos problemas. No quería hacerlo, te lo juro. Jamás pensé que esto llegara tan lejos.

-Se que esto es algo muy grave -comenzó a decir. -Pero no podemos echarnos a la pena. Algo habrá que hacer para que Harry no se valga de amenazas para ganar el año escolar. Créeme que no dejaré que haga lo que se le venga en gana. ¿Vale? -acarició mi mejilla.

-Estás metido en éste problema por mi culpa.

-Tranquilízate, Nena. -tomó mi barbilla. -Todos estos problemas no son nada a comparación de todo lo que me has hecho sentir. No me arrepiento de haber vivido todos esos momentos contigo. Me siento bien cuando estoy a tu lado y eso es algo que no te puedo negar, así que, no quiero dejar de verte. No importa cuanto me cueste esto que estoy haciendo.
Sonreí tímidamente.

-Deja de ser tan lindo. -susurré.
Él soltó una risita contagiosa.

-Ay ___... -se acercó más. -Me vuelves loco. - Acercó su mano a mi cara y me acarició la mejilla suavemente.

Se inclinó hacia mis labios para darme un suave beso. Le devolví el beso desesperadamente, cada que estábamos juntos aquella sensación de calentura se apoderaba de mi cuerpo. Metió su lengua dentro de mi boca y jugó con la mía, mientras yo envolvía mis manos en su cuello.

-Ay -jadeé.

Su mano tocó mis pechos por encima de la tela. Apretó y me hizo gemir en sus labios. Entonces, fue tirándome hacia atrás, hasta que quedé acostada en el sofá, se montó encima de mí.

-Ahora... eres solamente mía. -deslizó su mano dentro de mi vestido y comenzó a frotar mi clítoris por encima de la ropa interior.

-Liam -gemí, y cerré los ojos. Sus labios comenzaron a besar mi cuello salvajemente.

Su mano corrió hacia un lado la tela de mi braga, y comenzó a tocar mi intimidad directamente. Su dedo cálido acariciaba mi clítoris hacia arriba y abajo haciéndome gemir sin control. La calentura subía en la sala de estar, el calor era insoportable.

Comencé a desabotonar su camisa para quitarla, cuando lo hice, busqué sus labios y lo sorprendí con un ardiente y sensual beso.

Acaricié su pecho el cual subía y bajaba con rapidez, luego sus fuertes brazos y luego deslicé mis manos hacia su pantalón y comencé a quitarlo. Él se levantó y terminó de bajárselo, luego se acercó a mí y quitó mi vestido con brusquedad.
Mordí mi labio.

-Quiero intentar algo nuevo. -susurró, su mirada estaba oscura.

-¿Sí? -pregunté, mirándolo atentamente.

-Vamos a mi cama. -se inclinó y me agarró con los brazos, llevándome hacia la habitación. Cerró la puerta y se acercó a la cama, me puso encima de ésta y comenzó a quitarse el bóxer.

Me sentía más mojada que antes. Liam era tan excitante.

-¿Qué es lo que quieres hacer? -pregunté.

-Ya verás. -se acercó a la cama, se sentó a mi lado y quitó mi sujetador.
Cuando lo hizo, observó mis senos atentamente un par de segundos, antes de comenzar a besarlos. Empecé a respirar fuertemente. Metió uno de mis pezones en su boca, succionando suavemente, arqueé mi espalda llena de placer.

Me echó hacia atrás, acostándome en la cama y me dio un cálido beso en los labios. Metí mis manos por dentro de su pelo y lo acaricié. Succionó mi labio antes de voltearnos en la cama.

-Nena... -apretó mi cintura con fuerza. -Móntate encima de mí pero en sentido contrario. -ordenó con la voz ronca.

Me confundí por un momento, pero luego comprendí que era lo que quería.
Me sonrojé.

Entonces, hice lo que me pidió. Me volteé en la cama y me monté encima de él. Jamás había hecho algo como esto.

Observé su dureza casi que rozándome la cara. Liam no me dio tiempo de decir ni una sola palabra, por que sentí su lengua recorrer todo mi interior.

-Oh, Liamp. -gemí, cerrando los ojos.
Me incliné hacia delante. Separé los labios y comencé a chupar, moviendo la lengua alrededor de su glande mientras él hacia lo mismo conmigo.

Sus manos rodearon mis muslos y chuparon con más fuerza, estaba obligándome a quedarme sin aliento. Se sentía tan placentero pero a la vez tan pervertido.

Moví la lengua por su punta, saboreando lo que comenzaba a salir de su dureza. Coloqué mis manos en sus muslos y los apreté.

-Mierda, nena -escuché que se quejó. -Maldita sea -sus gemidos se hacían más constantes a medida que yo movía la cabeza de arriba abajo.

Él por su parte siguió recorriéndome con la lengua, chupando y mordisqueando. Nuestros gemidos se escuchaban por toda la habitación.

-Oh -era simplemente demasiado.

Mi cuerpo se arqueó y exploté. - ¡LIAM! -grité su nombre cuando sentí que mi cuerpo palpitaba de placer.

Volví mi boca hacia su dureza, queriendo que él también tuviese un orgasmo, pero Liam agarró mi cintura e hizo que volviera a quedar acostada en la cama. Abrió mis piernas nuevamente y se metió entre ellas, introduciendo al instante su longitud en mí.

-Santo cielo, Liam -grité con desesperación.

Me besó con lujuria mientras empujaba dentro de mí con aquella fuerza animal que lo caracterizaba. Entrelazó nuestros dedos y siguió besándome frenéticamente.

Quería seguir así por el resto de mi vida. No había una cosa que quisiera más que estar junto a Liam.

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Seduciendo a mi profesor - Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora