Todo ocurre en la actualidad. Miles de millones de personas intentarán sobrevivir a un ataque con armas biológicas desarrolladas por el Gobierno. Esa arma biológica hace revivir a las personas muertas. Pero vuestros seres queridos no son los de ante...
Hoy, 22 de Junio comienzan las vacaciones de Verano. ¡Al fin! Me encanta el olor que desprende el Verano. Niños sonriendo, helados, playa... Lo estaba deseando.
Hemos quedado después de clase para ir a comer al nuevo centro comercial llamado Aqual. Dicen que es muy amplio y tiene muchas tiendas. Además, no tiene techos, es decir, que está abierto.
Ups, no me he presentado. Soy Ángel, un chico de 15 años. Soy moreno de ojos marrones oscuros. Me considero curioso, amigable y muy divertido.
De pronto, me vibra el móvil. Era mi más preciado amigo, Álvaro. Es alto, con los ojos verdes y muy simpático. También es bastante guapo (según él). Me mandó un WhatsApp en respuesta al que le mandé hace rato:
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Pasaron cinco minutos y ya estaban allí, a mi lado. Y como teníamos mucha hambre, nos fuimos a comer al Burguer King.
Dispuestos a comer, los encargados de dicho restaurante de comida rápida le dieron volumen a la televisión. Sergio (uno de los acompañantes de Álvaro) pidió silencio a las demás personas que almorzaban allí. El comunicado decía:
-Buenas tardes, residentes de Lakewood. Hay una noticia de última hora. Al parecer, todavía no sabemos cómo, hay una epidemia masiva. Los muertos resucitan con sed de sangre y atacan a todo ser vivo, preferentemente a los humanos. Recomendamos que se queden en casa hasta que vuelva todo a la normalidad. Muchas gracias por su atención y que Dios nos proteja.
~Apagan la televisión~
Entonces, el pánico se apodera de la gente. Tomé una foto de ese momento de nervios, que a cada uno le afecta de forma diferente.
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Era hora de averiguar qué pasaba a nuestros alrededores. Lola, una de nuestras amigas, aconsejó que fuéramos a nuestras casas y resguardarnos. Ella era bastante astuta y fuerte, morena con los ojos marrones (claros si le da el sol) y lentillas. Así que eso hicimos. Alba y Afra, más de nuestro grupo, corrían a toda velocidad para esperar al autobús. Pero como era de esperar, no llegaba ninguno. Por eso, tuvimos que ir andando desde Aqual a nuestras casas, que estaba bastante lejos.
Por el camino, vimos todo tipo de locuras. Tantas, que parecía de ciencia ficción: gente devorando a otra, suicidios al verse acorralados, niños zombies... Demasiado real para creerlo.
Alba, que era una chica tímida pero cariñosa, no dejó que aquello la cambiará. Era muy fuerte. Pero, en cambio, a Afra le afectaría mucho lo que viene después. Era alguien noble y divertida. Muy habladora. Todo lo contrario de lo que es actualmente.
