Capítulo 2: Un acto de valentía

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Después de hora y media corriendo por las diferentes calles de Lakewood, trazamos un plan: nunca nos separaríamos e iríamos a cada una de nuestras casas a comprobar que nuestra familia está bien y a coger provisiones por si ellos no estuvieran.

Primero fuimos a casa de Álvaro, que vivía en un piso enfrente mía. En él, no había nadie. Ni rastro de su hermano ni de su madre. Álvaro no estaba asustado. Cogió las espadas de la tarta de boda de sus padres para así combatir a la plaga de zombies. Recorrimos todas las viviendas, pero estaban vacías. Nos equipamos de todo tipo de armas: cuchillos, espadas, incluso pistolas, ya que nuestros padres trabajan para la Guardia Civil.

Por último, acudimos a casa de Afra, que era la que vivía más alejado del centro de Lakewood. Entramos cuidadosamente. Y vimos el infierno sobre aquel Loft. No puedo describir el grado de horror que esa escena nos mostraba.

Enrique, es decir, su padre, estaba devorando a su madre, mientras que César, su hermano, lo veía todo a través del cristal del balcón. Alba, como acto reflejo, acudió en la ayuda de un pequeño César asustado. Corrió la puerta y se lo llevó en brazos a su habitación. No puedo pensar el daño emocional que sufrió aquel niño al contemplar la muerte de sus padres.

Dicho esto, nuestro grupo fue corriendo a la habitación de César para ponernos a salvo. Pudimos atrancar la puerta para que no entrase ningún Caminante. Katy, la madre de Afra, tardó 2 minutos y 50 segundos en revivir. Lo sabríamos para la próxima vez.

Cada vez había más Zombies en el Loft, y la situación empeoraba por momentos. Era una habitación bastante pequeña para siete personas. Así que decidimos hacer algo: escaparíamos por la ventana y tomaríamos las escaleras de emergencia. Y debía de hacerse rápido, ya que la puerta no aguantaría mucho más.

Primero, salió César con su hermana

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Primero, salió César con su hermana. Luego Alba y Lola para cubrirnos y por último Sergio y Alvaro. Yo me quedé aguantando la puerta para que no entrasen aquellas criaturas infernales. Solté la puerta y corrí hacia las escaleras que me salvarían la vida.

Algo inimaginable pasó: César entró de nuevo al cuarto para recoger algunas de sus pertenencias. Afra no lo pudo evitar... Cuando se dio cuenta de que ya no estaba a su lado, ya era demasiado tarde. Los Zombies entraron en avalancha al cuarto y se apoderaron de su pequeño cuerpo. Su hermana observó como le sacaban los órganos para devorarlos, uno a uno. Era algo espantoso.

Poco después, ella quiso entrar a la casa de nuevo pero la detuve

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Poco después, ella quiso entrar a la casa de nuevo pero la detuve. Había visto a su familia morir y estaba destrozada, con sed de venganza. Entonces me puse delante de ella para que no entrará y me pegó un puñetazo para apartarme de la diminuta entrada, a través de la ventana. Se llevó dos katanas y una pistola (M1911). Estaba dispuesta a matar a todos los Zombies. Incluyendo a sus padres y hermano, para así darles un descanso eterno.

 Incluyendo a sus padres y hermano, para así darles un descanso eterno

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