Capítulo 7: Separación.

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Todo surgió demasiado rápido. Perdimos la vida de un nuevo integrante, Berto. Me siento realmente mal, porque su muerte no me ha afectado en absoluto. No me gustó que pegara a Salma. No se lo merecía. Además, desde que llegó era muy borde con todos nosotros. Supongo que le llegó el famoso Kharma.

Subimos las escaleras que daban a la parte de arriba del patio, para ponernos a salvo. Cuando todos estuvimos arriba, entramos por una de las puertas que tapamos nosotros. De momento no había peligro, ya que Afra se ocupó de todos los Zombies que estaban en esa planta del edificio.

Mientras revisábamos el perímetro, empecé a notar un temblor encima de nuestras cabezas. De la nada, surgió un derrumbamiento de la planta superior. Hizo un gran agujero en el pasillo principal, donde estábamos nosotros. Nadie resultó herido, pero el grupo quedó totalmente dividido:
-Grupo 1: Salma, Álvaro, Blanca, Alba, Sergio.
-Grupo 2: Afra, Izan, Lola y yo.

El agujero era tan grande que no podíamos saltarlo ni rodearlo. Además, por desgracia, se precipitaron varios Caminantes a través del agujero y cayeron a nuestros pies. Tampoco había forma de reencontrarnos en ese edificio. *BIP* Mm, mi móvil acaba de vibrarme. ¿Qué será? Espera. ¡¿MI MÓVIL?! ¡¿NO HABÍA CAÍDO EN QUE TODAVÍA LA LÍNEA TELEFÓNICA FUNCIONA?! Esto es genial. Así podremos comunicarnos hasta que la red caiga.

Ángel: ¡Chicos! Los móviles funcionan. Marquemos una posición para poder reencontrarnos más adelante.
Sergio: Podemos ir al refugio en caso de catástrofes que está en el centro de Lakewood. Allí habrá comida y agua.
Afra: Buena idea. Nos reencontraremos allí mañana. ¡Sobrevivid!

~Equipo 1. Narra Alba~

Realmente, estaba muy asustada. Aunque los demás no me lo notasen, ya que estaban más ocupados de matar a muertos vivientes que del estado de ánimo de cada uno de nosotros, yo estaba por dentro destrozaita. Nunca nos hemos separado así. Todo marchaba bien. Teníamos refugio, provisiones... Me interrumpieron mis pensamientos:

Álvaro: ¡Detrás de ti!

Me giré rápidamente pero fue demasiado tarde. Se me echó encima, con la intención de morderme mi cuello. Daba mordiscos al aire mientras lo sujetaba con mucha fuerza. Nunca me llegué a imaginar que tenía tanta. Supongo que en los momentos que piensas que vas a morir, la adrenalina emana del cuerpo a chorros.

Salma: ¡Tranquila, ya me ocupo yo!

Le asestó un gran golpe en la nuca, que lo dejó K.O. Le debía la vida a esta muchacha.

Alba: Gracias, Salma. *Dije abrazándola*
Salma: De nada. Para algo somos ahora un equipo. *Sonrió aún en este momento tan delicado*
Blanca: Gracias por acogernos en vuestra panda Anti-Muertos. Me mola ir matando bichos de estos.
Álvaro: Anda, callate y sigue hacia adelante.
Sergio: Mirad ahí. Hay unas escaleras que supongo que darán a la avenida principal. ¡Vayamos por ellas!

~Grupo 2. Narra Lola~

Tenemos el gafe encima. Siempre nos pasa todo lo malo. Pero hay algo que no encaja: Si este edificio estaba ayer en perfectas condiciones, ¿como se ha derrumbado la parte de arriba? Eso ahora no importaba, ya que unos cuantos Zombies estaban a nuestro alrededor.

Afra: Todos estos son mis vecinos. Ese, Robert, mi vecino del cuarto. Me caía mal, porque coqueteaba con mi madre, aún sabiendo que tenía esposo. Es algo personal, me lo voy a cargar por cerdo.
Izan: Deberías dejar tus sentimientos atrás y hacerlo de una vez. Rápido. Para así dar descanso eterno a los demás.
Afra: ¿Eres ahora poeta o que?

Afra blandía su espada perfectamente. Como si la hubiera manejado toda su vida. Era bastante buena con ella. Ángel no lo hacía nada mal con su Katana y su pistola. Se ve tan sexy. Ups, no debería pensar estas cosas en un momento así. Debo exterminarlos a todos. Debo ser más fuerte y proteger a los míos.

Tenía una técnica bastante buena. Mis armas eran una pistola con silenciador y una porra. Me servían perfectamente. Primero, golpeaba a dicho Zombie en las piernas para que se le partieran con la porra de metal. Luego, saltaba por encima suya y le pegaba con ella otra vez. Pero si me veía acorralada, simplemente disparaba a bocajarro a sus cabezas, atravesándole el cerebro y dejando atrás un hilo de sangre podrida.

Logramos salir por la ventana del edificio. Pero, ¿cómo escapábamos de allí? No había escaleras ni nada. Bueno, había algo pero era demasiado arriesgado: una tabla que conectaba este edificio a otro más cercano.

Lola: Yo por ahí no paso. Tengo pánico a las alturas.
Afra: Es la única forma de salir. ¿O acaso te vas a quedar ahí toda la vida?
Izan: Es peligroso pero no nos queda otra. Debemos cruzar.
Lola: Parece inestable. Tengo miedo.
Ángel: Paso yo primero para comprobar si es estable o no.
Lola: ¡No lo..!

Antes de terminar la frase, ya estaba Ángel con los pies en la tabla. Iba lentamente, acercándose al borde del otro edificio. Fue unos segundos de agobio pero mereció la pena. Salió airoso.

Afra: Lola, te toca. Ve tú. Estamos aquí para ayudarte.

Sentí pánico ante esta situación. Me agaché y fui reptando por la tabla. Así iba más segura.

Pero algo no iba bien. Lo sentía. La tabla cada vez era más floja. No aguantaría mucho más. El pánico se apoderó de mí. Y empecé a correr. Tonta de mi.

Izan: ¡MANTEN LA CALMA!

Demasiado tarde. La tabla se rompió y yo me precipité al vacío sentenciando mi muerte...

??: Todo marcha según acordamos. Se han dividido en dos grupos. Cambio.
Jefe: Que él equipo Rubí vigile al grupo 1. Tú, Red Shoot, vigila sola al grupo 2.
Red Shoot: Vale. ¡Todo es tan emocionante! *Lanza un beso al aire* Pronto nos veremos, Ángel.

~Buenas noches lectores. ¡Espero que os haya gustado el capítulo de hoy!

-¿Cabe la posibilidad que Lola muera por semejante caída?
-¿Quien es Red Shoot y su Jefe? ¿De qué conocen a Ángel?

¡Se revelará pronto! Gracias por leer~

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