Decisiones, decisiones

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Edward POV

Emmett y yo estábamos apretujados en el asiento trasero del taxi; tanto que podíamos jurar que sabíamos cómo se sentían las sardinas enlatadas. Si hubiésemos caminado a velocidad humana iríamos más rápido que lo que el chofer conducía. Solo Jasper iba parloteando con él, sobre jugadores de fútbol de diversos equipos.

Estaba tan aterrado de arruinar el plan y que Alice le condenase a una eternidad de celibato, que hacia cualquier cosa con tal de no pensar en lo que íbamos a hacer. Ponía tanto empeño que hasta a veces murmuraba lo que pensaba; Pesca, buceo, Gimnasia acuática, Las montañas rusas de San Francisco...

Suponía que teníamos una hora antes de que alguna de las dos opciones sucediera primero; o unos de ellos tendrían un colapso cerebral o terminarían rindiéndose, dejando que Alice averiguase que se traían en manos. De todas formas el teléfono sonaría y la diversión terminaría. Por el momento apostaba a que Jasper tendría un colapso mental en...30 minutos.

Al entrar a Port Ángeles, Emmett comenzó a agitar su mano, señalando a un cartel; 'Enterprise, rent-a-car'.

-Creo que quiere que los deje allí, o eso...o intenta salir volado por la ventanilla.- el pobre conductor creía que Emmett tenía serios problemas mentales y que Jasper tenía algún tipo de ataques de pánico, pero gentilmente estacionó el auto y nos dejó salir. Salté fuera del auto y tomé las maletas del baúl. Cuando el taxi se alejó, me acerqué a Emmett;

-¿Rentaremos un auto para llegar antes de navidad?...Deja de rodar tus ojos Emmett, Alice sabrá dónde estamos y que vamos a alquilar un auto ¿Entonces?- Eso pareció tranquilizarle.

-Si Edward... alquila... auto... vamos... a dar una vuelta.- sonaba como un robot mientras decía cada palabra cuidadosamente y suspiró cuando terminó, como si Alice fuera a tragarse lo de dar una vuelta.

Diez minutos más tarde volvía a reunirme con ellos, junto con un juego de llaves en mis manos.

-Ten en cuenta, Emmett, que en estos lugares pocas veces consigues algo a lo que estamos acostumbrados, por suerte pude deslumbrar a la empleada y nos dio este...- dije señalando a un Mustang negro convertible con vidrios polarizados. Jasper ahogó un grito de sorpresa y Emmett salió corriendo hacia el auto.

-¡Hora de disfrutar de nuestro viaje! Debemos apresurarnos así podemos llegar justo a tiempo para...- Emmett se quedó helado y se cubrió la boca con su mano y luego la movió hacia su frente. Comenzó a murmurar nuevamente. -vamos a comprar un cachorrito, ski acuático, snowboarding...- comenzaba a desesperarse. Jasper tenía su mente ocupada repasando capítulos de series de televisión, tenía que aceptar que era bastante bueno, recordaba los capítulos a la perfección, era como estar mirándolos directamente de la televisión.

Ya que ninguno de los dos estaba en condiciones de conducir, me acomodé detrás del volante y giré la llave. El auto era veloz, bastante veloz. Cada tanto, Emmett me indicaba con su mano qué dirección tomar.

Conduje por horas mientras que era invadido por sentimientos de paranoia y pánico gracias al señor estado de ánimo que estaba sentado a mi lado. El cielo comenzaba a aclarar y no había ninguna nube a la vista; por suerte las ventanas estaban polarizadas.

-Emmett ¿Te estás divirtiendo?- me burlé. El me levantó sus pulgares. -¿Tu cerebro va a explotar?- esta vez me levantó otro dedo -Cuida tus modales Emmett. ¿Acaso este viaje no es por mi? Para hacer algo bueno por tu hermano, no ser rudo con él. Solo recuerda que puedo concentrarme en una pequeña cosa...

-¡Edward, no lo hagas! Estoy poniendo tomo mi empeño por no arruinar esto. ¡El pobre de Jasper está al borde de que su cerebro haga cortocircuito y tú intentas distraerme! Ooohhh sal de aquí...ahora.- Su rostro se iluminó. Cuando miramos por la ventana una ola de pánico nos azotó. Se cubrió su rostro y luego su boca. Y entonces el teléfono sonó y Jasper grito;

-Estamos perdidos. Van a matarnos. Estoy cerrando mis ojos así no veo donde estamos, así que si el plan se arruinó no fue mi culpa. Más vale que tengas una buena excusa Emmett. Tu habla con ella... ¡yo no puedo!- luego de darle el teléfono se cubrió el rostro con su chaqueta.

Vampiros en las vegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora