Capítulo IV: "Belleza personificada"

42 2 1
                                    

Capitulo IV: “Belleza personificada”.

Llegamos a la academia y nos esperaba la rectora de la misma. La institución era muy diferente  a la nuestra, era precaria en todos los sentidos. Estaba sucia, las mesas, sillas, muebles, puerta y paredes eran de madera, los campos de entrenamiento, parecían campos de guerra, todo el tiempo había peleas y explosiones.
-Gusto en conoceros jóvenes, mi nombre es Sarah y soy rectora de esta institución, como bien saben alojamos aquí a quienes deseaban convertirse en villanos, por ello tiene esta fachada. Tengáis cuidado cuando caminéis por esta, porque podríais ser atacados.- Dijo la pelirroja. Debía medir 1,70. Flaca y bien vestida. Blanca y llena de pecas. Deberá tener 30 años.
- Nosotros tenemos el placer de conocerla, ya me conocéis, al grupo y a Pelimeran.- Dijo J&J
-Pues claro! Me han enviado sus datos. Ah! Por cierto, ya he seleccionado a los alumnos que irán con vosotros. Dijo Sarah.
-  Y quiénes son?- Consultó Pelimeran.
- Aguarden un instante, ellos nos esperan en mi oficina, así que encaminemos para allá! Respondió con enardecimiento la rectora.
Llegamos a su oficina. Era un despacho, con ventanas rotas, una pequeña biblioteca y un escritorio antiguo, sillones sucios  y rotos,  un resorte por aquí y otro por allá. Nos sentamos y por una puerta entraron dos jóvenes. Una chica con la cual quede atontado, era alta, quizás 1,65, cabellos marrones claros, una cara de engreída, pequeños senos, grandes piernas, cintura normal, ojos miel, tez blanca. Era muy hermosa. Y por otro lado entro un chavo bajo, de mi estatura, un pequeño hopo, cabellos negros, tez no muy clara.
-Hola me llamo Ahiona, entro en 2do año, división HR.- Saludo la  joven.
-Hola soy Mafran, entro en 1er año, división HR.- Se presentó el joven.
Nos gesticulamos todos y nos presentamos afablemente. Hoy íbamos a pasar el día en esta academia, mañana partiríamos al Norte a Fuherith.
Para empezar el día dejamos nuestras cosas en la habitación asignada. Ahiona y Mafran, nos mostrarían el colegio. Así que nos vestimos y lo empezamos a recorrer.
-Esta es la sección de héroes.- Dijo Ahiona mientras caminábamos por los pasillos de la institución.- Aquí están los que no se convirtieron en villanos jamás, ni piensan hacerlo.- Subimos por unas escaleras y nos encontrábamos en el segundo piso, todos los chicos la miraban, la silbaban y la saludaban.- Esta es la sección de héroes rescatados, aquí vienen lo que alguna vez quisieron convertirse en villanos, pero ahora son buenos.- subimos otras escaleras, sin olvidar que eran de maderas y fácilmente se podían romper.- Cuidado aquí, los pueden atacar ya que son algo estúpidos, además que piensan que el mundo está en su contra, así que subiremos y nos iremos rápido,-Dijo antes de que subamos.- Esta en la sección de villanos, ya saben quiénes vienen aquí.- Todos los chicos le silbaban y le decían cosas pervertidas como “Muñeca como me encanta esa manzana” o “Te comería toda” y también “Oye! Te gustan las largaaaaas”.
-Oye pequeña!- Dijo un joven algo guapo.
- Me estás hablando o te la estas mirando?- le respondió Ahiona levantando una pequeña parte de la ceja, el joven se enojó e intento tomarla del brazo, pero Leagumes lo agarro y le rompió el radio tan fácil ya que poseía superfuerza.
-Oye nunca le toques a una mujer en tu vida, ni menos intentes levantarle una mano. Imbécil.- Dijo Leagumes muy enojado, eso me sorprendió bastante, no pensé  que él era así.
-Gracias,- Masculló tragando el orgullo.- pero me puedo defender sola.- Terminó la oración con desdén.
Todos miraban inquietos sin hacer nada, ya se habían quedado callados. Yo pensé que era por la escena reciente. Pero no, mire para atrás y vi a Reivan. Él se movía con toda tranquilidad y con su mirada impávida, mientras que un grupo de 6 chicos intentaba sin parar golpearlo. Uno de ellos pujo a incinerarlo, pero el solo movió la cabeza levemente para esquivarlo, el brazo en llamas rozo su cuello pero mi compañero no se quedó satisfecho, tomó el brazo en llamas y con ese mismo dio un golpe al muchacho de su lado. Inmediatamente otro corrió y calculó para patearle el cuello, pero mi colega cogió su pie y lo disparo contra la pared, destruyéndola. Solo le quedaban tres que no paraban de golpearlo, hasta sudaban, mientras que el mañoso, ni  esfuerzo alguno hacía. Leagumes se dirigió hacia ellos con el fin de darles una paliza, pero Madomi le toco el hombro.
-No vayas, no es tu pelea…- Respondió pasiva- Además… Él puede solo-  Las mejillas de Madomi se colorearon.
-Ntch, ni que fuera tan fuerte.- Reaccionó Leagumes, escupiendo a un costado.
-Oigan… él siempre ha sido así?- Inquirí impresionado.
-Y  qué piensas, no por nada es el número uno, aparte, es inteligente y guapo. Aunque su altura y musculatura no sea buena, no te fíe, podría estimar que nos vencería a todos juntos en un parpadeo. Ahora mismo, el solo está jugando.- Respondió Mint.
Yo solo seguí observando, me percaté de que había alguien más, alguien que llamaba bastante la atención. Era una chica sentada, observando cada movimiento, cada reacción. Me acerqué a Ahiona.
-Oye, quién es esa?-La apunté a la joven observadora. Pero ella no me respondió y sus ojos se tornaron con miedo. Ella corrió por las escaleras desesperadas, yo la seguí, no sé por qué. La chica se acercó a la oficina y yo me escondí esperando a saber qué pasaba. Pero alguien toco mi hombro y me desvanecí. Tenía una capucha negra o algo que no me permitía ver a los alrededores, estaba siendo arrastrado, intenté hablar pero no podía, no sabía que me pasaba no podía mover un musculo, estaba paralizado. Sentía fobia,  temía por mi vida. Pero me tranquilicé al sentir el collar, no sé como pero sentía un calor intenso en el pecho.
Dejaron de arrastrarme. Me sacaron la capucha y solo veía borroso, según mi vista eran 5 chicos pero no podía enfocarme. Oía murmullos pero no palabras concisas, me desesperaba no poder entenderlos. Creo que por fin me podía sentir como a los que ustedes llaman ciego, sordo y mudo. Que horrible no poder comunicarme, que pavoroso no poder ver mi entorno, que tremebundo no poder escuchar. Me pregunto cómo hacían para sobrevivir los ciegos si no pueden apreciar un amanecer, acaso uno podría imaginarse un aurora sin verla. Cómo lograban permanecer los sordos si no pueden escuchar las melodías del mundo, qué darían para escuchar algo, pues si fuese uno, ofrecería mi vida por escuchar aunque sea una frase. Cómo sabían perdurar los mudos sin poder cantar, acaso alguien puede vivir sin música. Que dura fue la vida con ellos.
Pasó  como media hora, apareció otra figura, esta se acercó e intento arrebatarme el collar me no salía de mí. Empecé a intentar salir, forje con todas mis fuerzas, cuando de repente un calor intenso me recorrió desde mis cabellos hasta la puntas de mis pies, sentí una adrenalina brotar de mis venas, forje aún más mi cuerpo y lo logré, me moví, sentía la magia surgir por mi cuerpo. Me mire, podía ver. Mi organismo estaba fucsia como una llama que me envolvía. Oía sus plegarias, oía su miedo y sus asombros. Me sentí poderoso.
Ahora si perras!- Les dije, aprecie el rostro de cada uno, sus miradas perturbadas, pero la única chica estaba calmada, era la misma observadora de hoy, pero me al verla bien era la misma niña que provocó que Briel escapará en el instituto. Ella sonrió y pronunció.
Así que la puedes manejar ahora? Avanzamos rápido, lastima por ti pero no tengo tiempo para matarte ya que llegaron,- Se acercó a mí y me susurró al oído.- Pero te desmenuzaré como hice con ellos.- Observe a mi entorno y los 5 chicos estaban despedazados, de apoco me arrodille trastornado y el poder de la piedra se disminuyó.- Hasta luego bebe.-  Desapareció.
Ese olor desagradable provenía de los muertos, el mismísimo olor de la muerte. En que momento lo hizo, fue  tan rápida que ni siquiera me di cuenta, a qué velocidad se movió. Había un brazo por un lado y una cabeza por otro, sangre por todo el piso. Ahora que me percató ella estaba impecable pero yo no sé en qué momento me manche con el líquido carmesí. Escuche pasos y de pronto me tocaron el hombro, tuve miedo pero vi que era Ahiona con todo el equipo y me tranquilicé. Por fin pude apreciar su rostro tan tranquilizador, su belleza.  Era tan sedante como el cobijo de una madre, su belleza deslumbró en la oscuridad y pude observar bien mis periferias, estaba en un baño sucio y abandonado, todo apagado, azulejos blancos resaltados con el color escarlata.
-Estas bien?- Indagó  su dulce y pasiva voz.
- Cómo va a estar bien, mira lo que vivió.- Suspiró Mafran.
- Ohh! Es para ser cordial idiota.- La voz ya se tornó agresiva.
- Me llama idiota y ella hace  las preguntas estúpidas.- Dijo burlón a quien le insultó.
-Oigan! Cálmense, ya le encontramos.- Dijo Mint intentando calmarlos.
-Hmm!! Como nos podríamos calmar, mira hay 5 muertos.- Dijo hipotético Leagumes.
- No seas estúpido, ellos son villanos, así que no importa.- Se metió Madomi.
-Oye.- Se acercó Reivan a mí.- --Tienes el collar?- Asentí con la cabeza.- Listo chicos.- Dijo mientras ellos discutían, haciendo que inmediatamente queden callados.- Él tiene el collar y  está vivo, así que no hay problemas.
Llegaron los profesores y observaron la escena, sin dudarlo nos mandaron a nuestros cuartos. J&J se acercó y me dio un puñetazo.
-Acaso no tienes neuronas, que mierdas pasan por tu cabeza para separarte, acaso no sabes los peligros que hay en esta escuela, parece que quieres que fallemos, a partir de hoy no te separas de mí- Dijo enojado, parecía un hermano mayor regañando al menor, aunque me retaba me sentí feliz.
-Si hermano.- Se me escapó la última palabra, él me miró sorprendido y aparto su cara, pero podía ver su rostro de felicidad y creo que fue por decirle “hermano”.
-Estas bien?- Pelimeran me empezó a tocar mi rostro, ver mis brazos, comprobar si no tenía fiebre, algo así como una madre cuando su hijo vuelve de un viaje- No te hizo daño, te tocó, te habló?- mientras me revisaba.
-Si, me tocó el hombro, pero no es nada malo, y me dijo “Así que la puedes manejar ahora? Avanzamos rápido, lastima por ti pero no tengo tiempo para matarte ya que llegaron,
Pero te desmenuzaré como hice con ellos. Hasta luego bebe.”
Pelimeran me pidió que me saque la camiseta y lo hice. Vi su rostro turbado, luego vi mi hombro y estaba morado, como podrido, pero no sentía dolor alguno.
-Hace cuanto se ha ido?- preguntó espantada.
-Rápido, cúralo. Que es lo que esperas!!- Dijo J&J
-Q-Qué es eso- Dijo Mint con miedo.
-No sé, creo que hace 5 minutos.- Todos me miraban extrañados. Pelimeran sacó una jeringa y me inyecto, no sé de donde apareció el líquido, pero poco a poco me fui debilitando hasta entrar en un estado adormecido.
Disculpa, despertaras mañana.- Dijo la profesora confundida.
Lo último que vi fue al equipo observándome y por fin cerré mis ojos. Empecé a soñar, vi una chica que jamás había visto. Ella era hermosa,  tenía un cabello marrón, ojos amarronados y una voluptuosa figura. Era la belleza personificada.
¿Por qué me ignoras? ¿Acaso no me amas como yo a ti? ¿Por qué me odias, quiero protegerte?- Su reflejo iba desvaneciendo- No te vayas por favor, quédate. Por fin puedo ver tu rostro sin que me odies. Mañana tal vez muera, por ello, antes de que me conozcas, quiero que me perdones por todo, espero que me aceptes y puedas cambiar el futuro.- Se acercó y me besó lentamente con sus humedecidos labios.  Yo no podía moverme ni hablar me quede quieto y sorprendido.
Desperté en un incómodo colchón al lado de J&J quien estaba todo desparramado por todo el espacio.
-Carroll no, no te vayas, no soy malo, te amo, perdóname.- Susurraba dormido a cada rato.
¿Quién es Carroll? ¿Qué hora será? ¿Qué ha pasado hoy?
Tantas dudas tengo 

Héroe sin poderes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora