13. El primer dia.

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Mérida

La mañana era verde desde la sala común de las serpientes, Mérida observo una vez la sala común y se alejó a paso firme de la puerta de los dormitorios donde el resto de sus compañeras dormían, a medida que pasaba por los elegantes muebles antiguos Mérida no aparto su vista del frente y hasta cuando estuvo junto a la puerta se permitió voltear, dese ahí se veía el lago negro, en realidad verdoso y no negro, también en la puerta de los niños se encontraba otro de sus compañeros la saludo con un gesto y después volvió a su dormitorio. Mérida observo la puerta extrañada y luego salió de las habitaciones de los Slytherin.

Hogwarts estaba vacío, todos dormían en el castillo o se mantenían muy a alejados de los pasillos por lo que los pasos de Mérida resonaban a medida que avanzaba, algunos fantasmas se cruzaron con ella pro no la voltearon a ver, a medida que recorría Hogwarts la joven pelirroja empezó a pensar de lo ocurrido en la noche anterior, el sombrero claramente se había equivocado ella no podía estar en la casa de las serpientes claramente no era su destino, ella tenía que estar en Gryffindor.

Finalmente llego a las escaleras de la torre de lechuzeria, pensó de nuevo y toco la pluma y el pergamino en su bolsillo, tomo aire y avanzo por las escaleras, tenía que hacer algo, debía cambiar de casa, siguió avanzando mientras intentaba pensar en algún plan, hasta que choco contra alguien y salió de sus ensoñaciones.

—Oye — empezó antes de darse cuenta que era Elsa —...eres tú, hola.

-Hola-respondió tímidamente

Mérida observo a su compañera más detenidamente, no parecía una Arendelle según había visto las fotos de los padres de la niña, Elsa continuo mirando al suelo

-¿Le envías una carta a tus tíos?

-sí, si-dijo asintiendo energéticamente- creo que debería irme

Dijo y empezó alejarse de ahí, Mérida recordó lo que su padre había dicho de esa familia y se preguntó cómo Elsa podía encajar en esa descripción, no lucia como alguien que estuviera dispuesto a traicionar y lastimar a cualquier para salvar su pellejo, quizás un poco nerviosa y tímida pero definitivamente no era nada parecida a sus padres.

Mérida siguió pensando en eso mientras subía las escaleras, llego a la parte donde descansaban las lechuzas sin otro encuentro, ya arriba saco una pluma y el pergamino, empezó la carta de la única manera que se le ocurrió.

"Para mis queridos padres,

Un saludo desde Hogwarts, espero que estén bien y que los trillizos no me extrañen demasiado, pues esta carta es para decirles que he decidido que Hogwarts no es para mí, así que les pide que...

Mérida volvió a leer lo que había escrito y se convenció que podía funcionar, solo debía irse de Hogwarts convencer a su madre que no quería a la escuela francesa, estudiar desde casa y escalaria de nuevo las montañas dentro de poco, tan pronto como lo pensó por supuesto, supuso que era el plan más ridículo que había pensado desde que tenía memoria.

Al final rompió el pergamino y se acercó al balcón, desde ahí vio el bosque de Hogwarts que tanto le recordaba a su hogar, tenía que ver como resolvía eso, como su padre decía tenía que enfrentar sus propios problemas, suspiro y decidió bajar.

Cuando entro al gran comedor vio primero la mesa de Gryffindor y luego desvió su mirada hasta su mesa ahí en medio de sus nuevos compañeros estaba un puesto vacío perfecto para ella, también observo como murmuraban y movían sus cabezas hacia la derecha y fue cuando noto que la mayor parte de los estudiantes veían a la mesa de Ravenclaw, donde estaba sentando Jack.

TBF I: El regreso del elegido. (Primera versión).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora