Rapunzel
Hogwarts era maravilloso, como el castillo de un maravilloso cuento, al menos eso era lo que pensaba Rapunzel. Ya habían pasado cerca de dos meses desde que inicio el curso, pero para Rapunzel la emoción seguía ahí, la misma emoción que sintió cuando la carta llego a su casa, quizás ahora esa emoción era aun mayor al fin tenía amigos, más allá de sus primas y algunos de los hijos del personal, eso era otra cosa que se sentía como un cuento.
Esa mañana era especial, era Halloween, lo que significaba que había un gran banquete y una asombrosa decoración en el gran comedor, incluso habían suspendido las últimas horas. A pesar de todo aun tuvieron la clase de pociones, la maestra se negó a perder su clase.
— Ahora si se pueden retirar, y recuerden hacer la tarea— término de decir madame Gothel y la clase entera empezó a guardar sus cosas.
— ¿No es emocionante? —pregunto Rapunzel a su compañero, Kristoff que estaba junto a ella.
— ¿La clase de pociones?
—No, tonto. Hablo del banquete de Halloween—le replico fingiendo enojo, Kristoff se rió. —Sabes, he oído que cada año tallan una calabaza gigante, además...
Rapunzel estaba dispuesta a hablar toda la tarde del banquete, pero en ese momento la maestra se aproximó a ellos, ambos la saludaron.
—Rapunzel, querida— la saludó de una manera informal y amigable— ¿quisieras quedarte un rato? —Dijo mirando de reojo a Kristoff— necesito hablar contigo.
—Claro— asintió Rapunzel. Se despidió rápidamente de su amigo y siguió a madame Gothel.
No tardaron mucho en llegar a la oficina de madame Gothel, supuso la rubia, vio que había una pared llena de extraños ingrediente y otra con varias pociones, ese lugar era encantador Madame Gothel dejo una taza de té frente a ella y luego se sentó al otro lado, bebió su té con lentitud y no se preocupó en hablar hasta unos minutos mas tarde.
—Has aprendido rápido—dijo quitándole un mechón de su cara—eres muy hábil en pociones, me sorprende la mayoría de tus compañeros no han aprendido nada en estos meses, pero veo que tú eres diferente a ellos.
Rapunzel se sonrojo, normalmente no era la mejor en sus clases, no mientras estuviera con Elsa, Hiccup o Hiro.
—Gracias—dijo sin saber si era lo correcto.
—Sabes querida, he estado buscando a una alumna como tú—dijo esperando a ver la reacción de la rubia.
— ¿Cómo yo?
—Si—asintió mientras miraba a la puerta detenidamente—, se supone que es un secreto, pero sé que puedo confiar en ti ¿no es así?
Rapunzel, muerta de curiosidad, asintió frenéticamente lo que hizo que su maestra riera.
—Mira he estado realizando un experimento durante los últimos años, pero con la guerra y todos los líos que han pasado no he podido avanzar, ahora que estoy aquí he pensado que quizás es hora que busque un ayudante— termino su taza de té y luego tomo las manos de Rapunzel con increíble delicadeza— ¿Aceptarías?
Rapunzel asintió, quizás demasiado rápido, era increíble que la considerara a ella como su mejor alumna, digna de conocer su secreto, incluso de ayudarla. La había escogido a ella para esa importante misión, por que debería de pensarlo.
—¡Claro que acepto! —dijo al final, solo por si no había quedado claro que aceptaba.
Después de salir de la oficina de Gothel, Rapunzel se encontró con sus amigos, en realidad no fue muy difícil mientras se dirigía a su sala común los vio, se acercó y se encontró a dos de sus amigos ahí, Mérida y Jack, discutían nuevamente, ambos sostenían sus varitas en la mano mientras Hiccup intentaba detenerlos.
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TBF I: El regreso del elegido. (Primera versión).
FanfictionJackson Overland se podría describir como un chico extraño, sus padres habían muerto cuando él era un bebé lo que lo obligo a vivir con sus tíos, los Bennett, que se encargaron de intentarlo hacerlo normal pero después de diez años de sucesos extrañ...