Capítulo 25 //flores.

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Tal vez debería alegrarme que llego el fin de semana, pero no es así, todos los días se me hacen iguales.

Hoy Natalia vino a mi casa, ella aún no comprende muy bien lo que pasó con Alonso y yo, pero lo respeta y sabe que no quiero ni tocar el tema.

-Podemos ir por un helado -dijo pintando la uña de mi dedo meñique de la mano.

-No tengo ganas -hizo una mueca.

-Uhmmm podemos ir de compras.

-No tengo dinero.

-¿Uhmmm que te parece el cine? -la mire mal- oye, en verdad tienes que salir, no puedes quedarte aquí en pijama de vacas.

-Si puedo.

-Pero no debes, es decir, no es bueno que te la pases acostada llorando, sin haberte cambiado esa pijama desde hace tres días.

-¿Según quien? -bufó.

Tal vez tiene razón, tengo que dejar de ser tan aferrada, solo dejarlo ir y ya superarlo, de otra forma las personas se aburrirán de mi muy rápido.

-Vamos por ese helado.

Abrió sus ojos.

-¡Si! -gritó mucho.

-Si vuelves a gritar así no voy.

-Oh, lo siento.

• • •

La tarde con Natalia fue un poco como...

Yo tomando una ducha, Natalia eligiendo una blusa muy escotada para mi, yo rechazando el outfit de Natalia, Natalia haciendo berrinche porque se termino el helado de zarzamora mientras yo disfrutaba un helado de chicle, yo yéndome sin pagar, el señor de los helados persiguiéndonos por no pagar, yo regalándole el cambio por mi descuido, yo tropezando enfrente de un chico muy guapo, Natalia burlándose de mi, la cara de Natalia llena de helado de chicle, el chico guapo burlándose de las dos, nosotras burlandonos de nosotras.

En fin, compramos ropa, y nos metimos a un salón de belleza, donde me hicieron unos chinos y a ella le alaciaron el cabello, pagamos y como no teníamos mas dinero nos dirigimos a un oxxo a comprar mas chatarra para ver películas en mi casa.

Al doblar la esquina escuche una hermosa risa, digo, una risa que es muy reconocible, esa que era (y es) música para mis oídos, pero me intrigó saber quien fue el causante de esa risa.

Pues no había nadie mas con él, pero sostenía su celular con su hombro, mientras que sostenía una bolsa con una mano y con la otra un ramo de flores, eran moradas, no se bien que eran.

Al chocar mis ojos miel con sus ojos azules su sonrisa se borro, yo desvíe mirada y Natalia me jalo del brazo.

Di una mirada rápida, y el seguía viéndome.

Natalia se dio cuenta de mi evidente bajón de ánimo, así que trato de despejarme la mente a toda costa.

Yo fingía​ que ella lo había logrado, pero no fue así, aun seguía pensando en él y esas flores, ¿para quien eran?

Después de ver "bajo la misma estrella", llorar como locas, decidimos bien ver "chicas pesadas" y reír como focas epilépticas, para después morirnos de miedo viendo "masacre en Texas 4" ahí fue cuando decidimos dormir, ya que por lo menos yo no aguantaba los ojos.

Tuve un sueño muy extraño.










El hermoso gato negro me miraba fijamente con sus ojos verdes, sin expresión y movía su cola de un lado a otro, no reconozco en donde estoy, no es cómodo ni bonito.

Sin planes →avc. editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora