Reyes Gritones

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Lían llegó así habitación, encontró la ventana abierta se acerco a cerrarla, y cuando volteo, el Samurái Negro estaba ahí, gritó. Los que estaban abajo rápidamente subieron, todos excepto Fernando.

Al llegar arriba se dieron cuenta que lían se encontraba postrado en el suelo, Eduardo se acerco y le toco el cuello para saber si estaba vivo.

Fernando estaba abajo. De pronto escuchó el ruido como de algo filoso, volteo a los lados pero no había nadie, decidió ir hacia adentro de la mansión, llegando a la puerta el samurái negro apareció.

Lían despertó, en su cama, en un sofá cerca de su cama estaba sentado Eduardo.

Eduardo: ¿Lían te sientes mejor?

Lían: Si, ¿que me paso? Y ¿donde están todos?

Eduardo: No lo se, dijeron que ya regresaban.

Un grito dejo a estos dos asustados.

Fernando intento correr, pero el samurái lo alcanzó, le dio un espadazo y este cayo al suelo.
Lían y Eduardo bajaron, encontraron sólo sangre.

1 hora después:

Saul y David los policías del pueblo llegaron.
Tomaron na declaración de Lían y de Eduardo, mas tarde llegaron los demás.

Saul: Tomando todas las declaraciones, no hay suficientes pruebas para demostrar la existencia del Samurái Negro. Tal vez no aguantó la semana infernal y se marcho.

Eduardo: ¿Y como explica esa sangre?

David: Aun seguimos investigando, pero como no hay cuerpo, no hay crimen.

Lían: Espere ¿que?, no puede ser posible que incompetencia de ustedes los policías, ¿que es lo que quieren que pase?, ¿que algún día alguien les llame y les diga todos los chicos de la hermandad Kappa Beta están muertos? ¿eso quieren?.

Todos quedaron anonadados con las palabras que Lían dijo.

Los policías dijeron que ya encontrarían respuestas a esto que estaba pasando.

Lían: Pues espero que cuando las tengan, no estemos muertos.

David: Escucheme!, se me hace extraño que usted, este tan seguro de que hay un asesino y acaso vio la supuesta muerta del joven Fernando.
No sera que usted?...

Lían: ¿Que pretende decir? Que yo..

Eduardo: Eso no puede ser, el estaba conmigo.

Saul: ¿Así?, y... ¿que hacían juntos?

Eduardo: Escuche amigo, lo que hallamos hecho es nuestro asunto.

Saul: (enojado) No soy tu amigo y esta bien no me digan. Es su problema.

Aldo: Señores policías, si no van ayudar entonces ¡vayanse! - dijo en un tono prepotente.

Los policías se fueron, quedándose así solo la hermandad.

Asesinó Samurái (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora