Amor En El Oeste

Feliz triste cumpleaños

La tía organizó una pequeña reunión por mi cumpleaños, todos mis amigos estaban ahí, Erlinda, Karina, Diane, Gerardo, Samuel y mi hermano, mi tío me envió una carta, diciendo que nos esperaba ver pronto.
Charlamos y contamos chistes toda la tarde después Saul, Diane, Karina y Erlinda se fueron con la compañía de mi hermano y me quedé con Gerardo sola.
- Linda reunión ¿No crees? - dije.
- Si, pero lo que más me gusta es estar contigo - dijo sonrojandose un poco - espero que pases un feliz cumpleaños, todos queremos volverte a ver feliz.
- Si - dije un poco triste - la verdad pensé que nunca iba a olvidar a Armenio, pero si estoy con mis amigos creo que será más fácil.
De repente escuche que alguien cantaba desde mi patio, ya suponía quien era, tuve que decirle a Gerardo que se quede en casa.
Salí y como era de esperarse Armenio estaba con otras de sus locuras, ahora me vino a dedicar serenata.
- ¿Qué establos estas haciendo aquí? - pregunté molesta - ¿Porqué viniste?
- Norma - dijo mareado - tengo que decirte todo de una vez, quiero que vuelvas conmigo por favor, yo te necesito, desde que me dejaste no soy el mismo el perdido la alegría y mis razones de vida.
- Armenio ya te dije que.....
- Ya no digas más, yo se que aún me amas, ven a mi nena ven a mi
por favor.
- ¿Estás borracho?
- Si estoy borracho es de amor.
- ¿Cual es tu problema? Te dije que no quería verte, ¡¡vete ya!!.
Me alejé y el me seguía me tomó de la mano y me besó, me besó con tanta pasión, con un amor que nunca sentí, pero para nosotros ya era muy tarde para sentir amor.
- ¿Qué te pasa?
- Norma vuelve por favor, yo.....
- No - interrumpí - Ya basta de una vez, quiero pasar por lo menos el día de mi cumpleaños bien y tu vienes y te apareces, estoy viviendo una vida normal y tu vienes y te apareces otra vez, por favor ya vete, ya no quiero verte sólo me haces daño.
- Norma no digas eso yo se...
- ¡¡Ya no sigas!!, vete de aquí, sabes que no es bueno que sigamos hablando.
- Siento mucho haberte ocultado esto, tu familia ya no quiere que te vea, pero entiende que no puedo olvidarte, y si te lo contaba te hubiese puesto en peligro.
- Armenio...
Armenio me agarró de la mano y me besó, sentí una tristeza profunda pero a la vez lloraba de felicidad.