CAPITULO 8 (El obscuro día) † †

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Pasaron los minutos y solo estaba sentada jugando con mi móvil, cuando volví de bailar Nathaniel ya no estaba. –seguramente tenía otras cosas que hacer. –pensé. Estuve jugando en línea por mas me media hora, las personas que estaban colocadas en la misma mesa que yo, no las conocía así que no planteaba una conversación con ninguna de ellas. En cuanto mire el reloj del móvil me había dado cuenta que ya pasaban mas de las once de la noche. –Debo de llegar a casa antes de que se haga más tarde. –pensé. Me levante de mi asiento y como despedida les desee una linda velada, muy amable agradecieron y me desearon lo mismo, antes de irme empezaba a buscar a Neida, Nathaniel y a John para al menos anunciarles que ya tenía que retirarme. En el marquesina se encontraba Nathaniel con una fina copa con probablemente vino tinto, a lado suyo se encontraba John con el rostro serio, como nunca antes lo había visto; odiaba interrumpir las conversaciones así que me di la media vuelta y sin hacer ruido y sin decir nada me iría a casa.

     -¿Brooke? –dijo Nathaniel. Enseguida voltee y lentamente me acerque hacia ellos.

     -Disculpa si interrumpí su conversación solo quería despedirme pues ya tengo que retirarme a casa.

     -Por lo visto Wolf no llego. Yo te acompaño a casa para que no te vayas sola, es más, de paso me voy a la mía. –respondió John.

     -¿Quieres que también te acompañe? –pregunto Nathaniel.

     -De ninguna manera, el cumpleañero debe de estar en su fiesta, así que quédate y disfrútala, porque no todos los días cumples veinte años.

     -De acuerdo, por favor ve con mucho cuidado.

     -Descuida, feliz cumpleaños y diviértete.

En el camino John y yo platicábamos sobre "mi caso" si así le puedo decir, a pocas cuadras de mi casa se encontraba un parque tuvimos que cruzarlo para acortar camino, en seguida vemos corriendo a Elliot demasiado rápido, me detuve, y detrás de él personas encapuchadas le perseguían con algunos instrumentos en sus manos.

     -¿Qué fue eso? –exclamo John, sosteniéndome del brazo.

     -No lo sé, pero aquella persona a la que estaban "persiguiendo" era Elliot, ¿De dónde vendría? –conteste un poco confundida y mirando al suelo dije: -¿Qué está pasando?

     -Tranquila, hay que continuar para que llegues a descansar y desconectarte de esto al menos por unas horas.

     -Ese es el problema. –conteste. –hasta en sueños me encuentro en la misma posición en la que estoy desde hace semanas.

John no supo que contestar así que solo me abrazo y así continuamos caminando hasta llegar a casa, le insistí a John para que pasara a tomar algo antes de irse a su casa, acepto quizá para no quedar mal, pero me alegre de que aceptara pues después de acompañarme hasta aquí es lo menos que podía hacer, ofrecerle una bebida. Al abrir la puerta lo primero que vimos fue a un hombre con una prenda negra con extraños símbolos, con el cabello gris y una quemadura en la parte izquierda del su cara, y a sus pies se encontraba mi madre cubierta de sangre y del otro lado de la habitación mi hermano inconsciente. Estaba totalmente petrificada, sentía que el mundo se acabaría en un santiamén, el odio y desesperación me invadían por completo, John tomo mi mano y la estrujo como diciéndome por medio de eso que nos encontrábamos en un gran riesgo.

     -¡¿Que mierda pasa aquí?! –pregunte gritándole a aquel hombre con sentimiento y recelo. En ese instante John se puso delante de mí queriéndome proteger de la posibilidad de algún daño, el hombre sacó una especie de espada larga de su espalda, y se fue contra John tomándolo del cuello dejándolo casi sin aire en cuestión de segundos, enseguida lo lanzo con mucha fuerza dejándolo inconsciente. Voltio y sus ojos tornaron un color rojo intenso mis piernas se encontraban temblando del miedo no podía ni siquiera sostenerme de pie. Poco a poco aquel hombre empezaba a acercarse hacia donde estaba John con la espada en la mano, al ver sus intenciones que tenia corrí lo más rápido que pude hacia donde se encontraba John, y empuje su cuerpo evitando que la espada lo tocase, como consecuencia provoco un corte poco profundo a mi brazo, no sentí dolor alguno pero eso no significase que no sangrara.

Nada más dulce que tu sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora