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-¡Señorita Keane!-

Corrieron a mirar.

-¡Señorita Keane!- gritaron asustadas.

-Señorita Keane, ¡¿está bien?!- gritó Momoko.

Al no ver nada ninguna comenzaron a entrar en pánico.

-¡No responde!- gritó Miyako.

-Bien, Momoko, Miyako-  Kaoru se quitó su cadena y chaqueta subiéndose las mangas- Voy a dar un vistazo, si grito más vale que bajen perras-

Ellas asintieron.

Comenzó a meterse, poco a poco fue bajando sujetándose lo más que podía a las piedras, no podía ver mucho así que dio un salto de fe, cayó en cuclillas.

-Al parecer no era tan profundo- susurró mirando a sus alrededores- Todo está bastante oscuro-

Sacó una cajetilla de cerillos, encendió uno.

-¡¿Todo bien?!- gritaron Momoko y Miyako.

Se sorprendió al ver algo.

-¡Bajen, tienen que ver esto!-

Miyako y Momoko no dudaron ni un segundo en bajar, cayeron de pie acercándose a donde Kaoru.

-¡¿Qué demonios?!- susurró Momoko.

Keane se encontraba revisando a un hombre encadenado en el suelo.

-Parece estar vivo- se dio la vuelta mirando con seriedad a las chicas- Solo sufrió un desmayo, quizás por el agotamiento físico-

-Más bien fue la paliza que le metieron- dijo Kaoru.

Las chicas se le quedaron viendo fijamente, no tardaron en darse cuenta que no era su padre y no pudieron evitar que su rostro decayera, el hombre tenía cabello rojizo algo largo.

-No pudo haber pasado tanto tiempo aquí- susurró Momoko- No habría sobrevivido tanto tiempo-

-Te sorprendería a que punto han llegado las personas y más de la corte real para que personas cumplan horribles castigos-

Keane alzó el rostro del hombre con la mayor delicadeza que pudo, parecía intrigada.

-Tía, ¿sabes quién es ese hombre?- cuestionó Momoko confundida- Pareces interesada-

-No lo se pero, no podemos dejarlo aquí- miró a su sobrina- Momoko, has tu magia-

Momoko se acercó, alzó su mano y Miyako le pasó un cuchillo para abrir las esposas y el candado, no le costó tanto quitarselas.

Al levantarlo notaron sorprendidas que el hombre comenzó a abrir sus ojos, unos de un intenso azul.

Miyako se quedó por un momento inmóvil, había visto esa misma tonalidad en otra parte.

Sacudió su cabeza y dijo débilmente.

-¿Quiénes son ustedes?- casi balbuceó.

-Lo siento, no hay tiempo para explicaciones ahora mismo-

-Debemos salir de aquí- dijo Miyako mirando con temor las paredes.

Las ppgz y los rrbz [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora