Le agradezco a Luisangelap y a hernandez_quiroz por sus votos y comentarios. Gracias por seguir esta historia desde el comienzo. :)
Capítulo 2.
Un pastel de dulce de hadas.Al día siguiente, ya en el mercado. Keisy junto a Tania atienden el puesto, hasta ahora ha sido un día ajetreado. Pero aún así, Keisy no puede dejar de pensar en aquel señor que llegó con su corazón en la mano. Ella se preguntaba si todo estaría bien y Luke pudo repararlo o si necesitaba piezas. -¿Será qué le estará poniendo partes del suyo?- Pensaba para sí misma.
-Es hora de almorzar, Keisy.- Le indica Tania a su amiga. -Es la una de la tarde.
-Es verdad.- Keisy voltea y ve el reloj de pared de la tienda. Rápidamente se le ocurre una idea. -Te encargo que cierres por el almuerzo, yo ya casi vuelvo.
La chica sale rápido de su puesto y busca alguna soda o fonda que este abierta en el mercado. Da un par de vueltas por los puestos cercanos y se decide finalmente por uno.
-¡Hola Keisy! ¿Cómo estás?- Le saluda un joven de cabellera rubia y de ojos marrones.
-¡Hola Dilán!- Keisy saluda al muchacho rápidamente y dirige su vista a la comida del puesto de Dilán.
-¿Qué te doy Kei?- Ella le da una última mirada a los productos y finalmente se decide.
-Dame un pastel de dulce de hada, un arrollado de pollo, y dos refrescos de uva, por favor.- El joven alista y entrega el pedido a Keisy, ella le paga, se despide y va en busca de Luke. No puede evitar sentirse nerviosa, hace ya muchos meses en los que ella no ponía un pie ahí a excepción de ayer.
Después de caminar un poco más, se encuentra ya frente al local de Luke. Se queda inmóvil y aprieta el paquete en donde lleva el arrollado.
Inhala y golpea con sus nudillos la puerta, unos segundos después, un Luke sudoroso, con guantes negros en sus manos, usando sus visores especiales y su delantal negro de hule, hace que Keisy se quedé contemplandolo y viendo la forma en que el joven se limpia el sudor de su frente con el antebrazo de su camisa blanca. Una obra digna de ver y que Keisy no había visto así antes.
-¿¡Keisy?!- Hay asombro y agrado en el rostro de Luke, que termina de definir esbozando una pequeña sonrisa. -¿Tú por aquí?- Keisy pestañea rápidamente tratando de conectar su lengua con el cerebro y apreta más el paquete.
-Yo...yo vine...yo vine a...- La joven no entendía que le estaba ocurriendo. Una sensación extraña en su estómago le hacía sentir la necesidad de salir corriendo.
-¡Pasa, no te quedés ahí! Entra.- Luke coloca sus manos sobre los hombros de Keisy y con una enorme sonrisa la hace pasar adentro. Con lo delgadita y pequeña que es en tamaño comparada con Luke, toda resistencia que opusiera sería inútil.
-¿Qué te trae por aquí?- Luke lleva a Keisy hasta un sofá no muy grande, algo viejo y un poco desgastado asegurándole a Keisy de que es más cómodo de lo que parece y él se sienta en la silla que tiene frente a su mesa de trabajo.
Keisy de inmediato percibe el calor que hace en el lugar, hay un horno y una especie de fundidora, un o dos baldes con agua fría. La mesa de trabajo está muy cerca del sofá y al otro lado hay otra mesa pequeña llena de muchas herramientas. Sobre la mesa hay dos corazones, uno permanece en una caja transparente y el otro está casi hecho pedazos por la mesa, pero debajo de la mesa hay otra caja un poco más grande que dentro de ella hay muchos trozos de corazones. Se observa también un viejo ventilador y unas tres espadas pegadas en una pared. Una lámpara grande que colgaba desde el techo e iluminaba sobre el área de la mesa. Aunque Keisy quiere seguir observando más, esta allí por una razón así que decide continuar con lo planeado.
-Vine a traerte esto.- Keisy aprieta por última vez el paquete y lo extiende. Luke observa el paquete y parece algo extrañado.
-¿Para mí? ¿Estás segura? ¿Qué hay allí?
-¿Lo quieres o no?- El joven la ve y achica los ojos.
-¿Y sí es algo malo? ¿Un bicho o alguna poción rara?
-¡Luke!- Le llama Keisy. El chico ríe y acepta el paquete.
Luke lo abre y saca el arrollado de pollo. Lo ve por unos momentos y clava su vista a Keisy poniendo su mirada de sospecha.
-¿Segura qué sí me como esto, no se me pondrá el cabello azul, hablaré al revés o me dará problemas estomacales?- Luke disfruta molestando a Keisy y parece lograrlo.
-Si no lo quieres...- Keisy se levanta y Luke la detiene.
-Es una broma, gruñona. Quédate por favor.- Luke pone su mejor cara de arrepentimiento y da resultado.
-¿Y ese otro paquete?- El chico señala el otro paquete que contenía el pastel de dulce de hadas.
-Es el mío.- Responde Keisy.
-¿Y qué hay dentro?- Pregunta Luke curioso.
-Un pastel de dulce de hadas.- Le dice Keisy tranquilamente.
-Quiero ese, dame ese.- El chico empaca de nuevo el arrollado.
-¿Qué?- Pregunta ella.
-Es que ese me gusta.- Le dice sincero.
-Pero es mío. Ya te di el arrollado.- Keisy trata en vano de hacer cambiar de idea a Luke.
-¿Por favor?
-No.- Intenta mostrar su firmeza, pero Luke es más insistente.
-¡Oh no puede ser!- Luke exclama fuerte y aprieta su estómago con sus brazos. -¡Que horrible dolor!- Levanta una mano y la extiende en lo alto para exagerar más su supuesto dolor. -¡Yo sólo quiero...un pastel de dulce de hadas!- Hace a un lado las cosas en su mesa de trabajo y se tumba sobre su mesa fingiéndose el desmayado. Keisy no puede evitar reír y observa al supuesto hombre desmayado.
Luke abre un ojo y la observa.
-¿Me darás?- Le pregunta aún con la mitad de su cuerpo sobre la mesa.
-No.- Dice ella entre risas.
-Bien, no me dejas de otra.- Se incorpora de nuevo en la silla y se pone de frente a Keisy. -¿Me das?- Luke pone su mejor cara de perrito regañado mientras hace trompita. Y con eso doblegó a Keisy, quién no pudo seguir negándose a aquel ocurrente muchacho atractivo.
-¡Gracias!- Festeja feliz Luke.
-También te traje un refresco.- Añade ella.
-¿De qué?
-De uva.- Responde ella mientras saca los refrescos de una bolsa.
-Mi favorito, gracias linda.- Le dijo él sin pensarlo mucho.
-¿Cómo?- Keisy no creyó haber escuchado bien.
Luke se quedó estático y no sabía que decirle.
-Muchas gracias, Keisy.- Respondió Luke con timidez y nerviosismo. No quería incomodar a Keisy, él de verdad quería verla y no deseaba que por algo así se fuera. De verdad le agrada su compañía.
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El Herrero De Corazones. [#Wattys2016]
FantasíaEnamorarse en estos días es difícil y con tantas redes sociales y demás, la gente se queda más en casa y se arriesga menos al amor. Esta situación perjudica mucho el negocio de Keisy, una joven que se dedica a la venta de corazones. Pero al que pare...