Capítulo 8.

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Capítulo 8.
Te invito una cena.  

-Esa chica es grandiosa.- Se dijo Luke mientras entraba en su casa y se quitaba los zapatos. –Sus ojos, sus labios, su cabello, me traes loco, Keisy Andrews.- Se deja caer sobre su sofá y enciende la televisión, pero no deja de pensar en una sola cosa. –Ese beso…fue el mejor beso de mi vida.- El chico sonríe mientras recuerda lo sucedido en la cancha. Se estira más en el sofá y su estómago comienza rugir de hambre.

Se levanta y va a la cocina en busca de algo para comer y saca de la nevera un trozo de pizza y un refresco.

-Pero hay algo que me preocupa.- Dice el chico cuando va entrando al taller de su casa.

-¿Qué te preocupa?- Le pregunta su reloj parlante. Él también tiene uno, la madre de Keisy era amiga de la madre de Luke y cuando la madre de la chica, encontró esos relojes encantados, le compró uno a Luke también.

-Keisy.- Le responde él, mientras se sienta en un banco frente a su mesa de trabajo que es un poco más grande que la del puesto en el mercado.

-¿La vecina vende-corazones? ¿Esa Keisy?- Le pregunta el reloj.

-Esa misma, Lulú.

-¿Estás saliendo con ella?

-Así es.- Sonríe ampliamente, el joven. –Bueno, casi, hoy nos besamos.

-¿La besaste? ¿Por qué?

-Porque la amo, la amo y estoy enamorado de ella, caí bajo el encanto de sus ojos, de su sonrisa, de su ceño fruncido, de su voz…

-Te pego fuerte está vez, jamás te vi así por cualquier otra de las chicas con las que has salido, ni siquiera con Lila, la chica hada.

-Keisy es diferente…ella es única. Pero…

-¿Pero qué?- Pregunta Lulú.

-Hay algo que no me está diciendo, algo me está ocultando.

-Pues pregúntale y listo. Ahora, ¿podrías decirme por qué razón trajiste de vuelta las espadas de tu abuelo?

-No sentía que estuvieran seguras en el puesto, son valiosas y lo único que me queda de él.

 Sin decir nada más, Luke sigue trabajando en algunos corazones que se había llegado a casa. Dan las diez de la noche y finalmente se va a dormir.

* * * * *

 Los días pasan y Luke no pierde oportunidad para estar al lado de Keisy y robarle uno que otro beso. Entra al puesto de Keisy a la hora de almuerzo y en cuanto la ve, la abraza y la besa con dulzura. Las mejillas sonrojadas de Keisy al darse cuenta de que los observan, es algo que él disfruta. Pero a medida que los días pasan, Luke empieza a notar que Keisy luce más mal, ha perdido algo de peso y luce cansada.

-¿Qué venden, señoritas?- Pregunta Luke, al entrar al puesto de Keisy.

-Vendemos pasteles y helados.- Le responde Keisy.

-¡Ahh, qué mal, yo buscaba a una sexy pelirroja que es vendedora de corazones llamada Keisy! Esa chica me trae loco.- Tania ríe y Keisy abre como platos los ojos.

-¡Qué tonto!

-¡Ahh, ya te encontré!- La abraza fuertemente. –Saldremos esta noche, pasaré por ti a las seis, ¿de acuerdo?

-De acuerdo, ¿y a dónde iremos?

-Es secreto.- Le guiña y le roba un casto beso en los labios, se despide y se va. Keisy lo observa salir y en cuanto ya no lo ve, toma asiento y respira con dificultad.

El Herrero De Corazones. [#Wattys2016]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora