Pueblo Dolly [H.S]

0.2

-¿Qué se le ofrece?-pregunto cuando veo a un hombre. Su cabello es color chocolate, es muy alto, algunas partes de su cuerpo están adornadas con tinta negra; tatuajes. Cuando se gira y me mira pude reconocer sus ojos.

Harry Styles.

-¡Hola!-Chillo y lo abrazo. Él solamente suelta una risilla.

-Bonnie, cariño-abraza mi cintura. Me separo y abro la puerta.

-pasa, ven. -Tomo su mano. Se sienta en una silla y yo lo observo.

-¿quieres algo de tomar?-pregunto dándole la espalda para ver la despensa que mamá Olivia compra cada dos semanas.

-¿tienes limonada?-pregunta y yo afirmo con un movimiento de cabeza. Entonces sirvo un vaso y le entrego. Yo tomo una lata de coca cola.

-¿Qué ha pasado con tu vida?-pregunto con una gran sonrisa.

-Fui a París, abrí un hotel allí. También en Los Ángeles.-Mis ojos se iluminan.

-Me gustaría conocer el mundo. Salir de aquí, ya sabes. Quise salir, pero mamá Olivia dijo que no saldría al menos hasta que tenga veinte. Me faltan cuatro años. -Suelto un suspiro.

-Algún día lo harás. -Murmura y toma de su limonada.

-Tú eres libre, Harry. Eres libre y puedes ir donde quieras y cuando quieras. Yo no puedo salir de aquí. No podré hacerlo, jamás. Yo lo daría todo por un viaje. -Mi tono ilusionado me delata, él sólo mira con atención.

Un silencio se adueña del lugar. Él toma su limonada, y le da un sorbo.

-¿Alguien más ha venido a verte?, ¿has tenido alguna otra visita?-pregunta.

Siempre lo hace, siempre hace esas dos mismas preguntas.

-No-niego con mi cabeza y suspiro.
Él se coloca en mi cama, justo al lado mío.

-Bonnie... ¿puedo besarte?-pregunta en un murmuro.

¿besarme?, nunca he besado a alguien.

Nerviosa, me encojo de hombros. Él pasa saliva, relame sus labios y después los une con los míos. Los mueve con lentitud, supongo que para así yo pueda adaptarme.

Comienzo a mover mis labios torpemente.

Separa su cuerpo del mío y me mira, con brillo en sus ojos.

-Tu cabello es más largo. -Ladeo mi cabeza mientras juego con sus rizos.

-Un poco-responde mientras me observa.

-¿algún día me dejarías trenzarlo, por favor? -pregunto con ilusión.

-tal vez-contesta con una pequeña sonrisa.

Miro sus labios, y repentinamente mis labios se sienten secos. Mi vista va a sus ojos y él está concentrado en mis labios. Paso mi lengua por éstos y él traga saliva duro.

-Te haré sentir bien, te lo prometo.-Murmura a centímetros de mis labios.

Y nuevamente me besa. Pero ésta vez él me recuesta en mi cama. Sus manos separan mis piernas y él se coloca entre ellas. Sus dedos rozan mi parte ínitima y mis labios levemente se abren. Él aprovecha e introduce su lengua en mi cavidad bucal.

Mi lengua juega con la suya. Su mano lentamente recorre mi braga y acaricia mi intimidad, por instinto llevo las manos a las sábanas y con ellas hago puños. Mi cuerpo se estremece y siento su sonrisa crecer.