IX

1K 62 2
                                    


Me desperté temprano en aquella mañana del sábado. Sorprendente pues la noche anterior, después de tocar en Wendy's nos quedamos hasta muy tarde conversando, riendo y comiendo.
Me levanté lentamente de la cama y me restregué los ojos para despertar completamente. Miré mi reloj: las 8:00 de la mañana.

-Uy- digo moviendo las cortinas para ver afuera. El cielo todavía se ve gris y no se ve ni un alma en la calle.
Me quedo ensimismada mirando el vacío, cuando una piedrita le pega a la ventana, haciéndome dar un buen salto.- ¿Pero qué m...?- me interrumpe el sonido de otra piedrita. Miro hacia abajo y distingo una sombra. Muerta de miedo, voy hacia mi clóset y agarro mi bate de béisbol. Abro la ventana y agito el bate delante de mí, algo bastante estupido, pero estaba muy asustada para hacer otra cosa.

-¿Me vas a pegar con eso Maddie?- pregunta la sombra. Reconozco su voz.

-¿James?

-El mismísimo.

-¿Tirando piedras Romeo? No te salió muy bien...

-Bah, te hice salir ¿O no?- me da una sonrisa de lado. Dios, incluso vestido con un simple poleron y jeans, se ve genial.

-¿Quieres subir?- pregunto tras un momento de vacilación

-Emm ¿No están tus padres en casa?

-Están en la casa de mis abuelos desde ayer, estoy sola con los niños.

-¿Dónde están ellos?

-Durmiendo. Así que tendrás que escalar en silencio.

- ¿Escalar?

-Si ya te crees Romeo tendrás que escalar- le digo apuntando el árbol a su lado que tiene una rama que cae justo sobre mi ventana.
James me mira, mira el árbol y me vuelve a mirar a mi.

-¿Para qué quieres a Romeo cuando tienes a Superman?- dice moviendo su mano en un limpio movimiento hacia arriba. Para mi sorpresa, empieza a elevarse, literalmente, hasta llegar a mi ventana. Se queda levitando justo enfrente mío. Me mira triunfal.

-¿Cómo...? - empiezo a preguntar confundida.

- Puedo manipular objetos Maddie, mis zapatillas son objetos. Simplemente fue casualidad que yo estuviera sobre ellas.

-Eres increíble- le digo. Se inclina y me besa suavemente. Después de un momento me separo y le dejo espacio para entrar. El lo hace, volando tal cual como Peter Pan. Deja caer su mano y el cae también sobre el borde de mi cama.

- ¿Qué haces despierta tan temprano?- me pregunta mientras me siento en el suelo en frente de él.

- No podía dormir- respondo encogiéndome de hombros.

-¿Quieres que te lea algo?

-Bueno- dicho esto apunta hacia mi repisa que está llena de libros y cierra la mano. Con esto, un libro se sacude y sale de la estantería, flotando hasta llegar a su regazo.

- "Érase una vez una hermosa chica llamada Maddie..."- empieza a decir mirando el libro pero lo interrumpo tirándole un cojín.

-Eso no sale allí mentiroso

-Entonces escribiré un libro- me dice sonriendo- No, no un libro, eso no alcanzaría para describirte, tendría que ser una saga, más larga que las de Rick Riordan.

-Wow entonces lo dices enserio- le digo riéndome.

-Ríe todo lo que quieras, pero seré un gran escritor- dice dejando el libro de lado y bajando de la cama para ponerse a mi altura. Sus manos se entrelazan con las mías y me mira. Sus ojos muestran una feroz intensidad y determinación.

POWERLESS©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora