Su verdad [Karma×Okuda]

Capítulo dos: Una mentirosa

—¿K-Karma Akabane?—murmuro, sorprendida. Noto mi corazón latir más rápido y mis ojos no pueden despegarse de los suyos.

Estoy verdaderamente sorprendida. Nunca creí que encontrarle sería tan fácil.

Además...¿Qué hace todavía en su reino?Debería estar en la plaza, como todos.

Me baja de sus brazos lentamente, sonriendo de forma pícara.

Le observo mejor entonces. Ha crecido, está más atractivo y alto que antes...

—¿P-por qué no estás en el Festival?—pregunto, notando como mis mejillas se vuelven de color rojo al ver que Karma me recorre el cuerpo con la mirada, y después vuelve a sonreír ladinamente.

¡Será pervertido!...

—Porque no quiero.—responde, metiendo sus manos en los bolsillos.—¿Y tú,Manami Okuda, qué haces aquí?Está prohibido que vengas a Mentira, lo sabes...¿No?

No puedo evitar ser sincera con él.

Es decir, nunca puedo hacer nada en contra de decir la verdad por naturaleza a todo el mundo. Pero eso no significa que quiera ser sincera siempre. Hay veces en las que me gustaría mentir un poco...

—Lo sé—contesto,bajando la cabeza. Después de todo, debo pedirle lo que deseo. Él es el único mentiroso que conozco, y ya no puedo echarme atrás...Levanto la cabeza, decidida.—Karma...¿Puedo pedirte algo?...

Él ríe suavemente.

—Claro.

—Verás...Y-yo soy la Reina de Verdad, Karma...En teoría me tendría que haber casado hoy, pero no quiero unirme en matrimonio con alguien que no amo...Por eso he escapado hasta Mentira. Ayúdame a esconderme en tu reino, por favor. No quiero morir aún. T-te lo pido a ti porque eres el único mentiroso que conozco...—explico, bajando la mirada, totalmente sonrojada.

Karma se queda perplejo por un momento, pero después recobra su personalidad de siempre.

—Comprendo—dice.

Sonríe de lado y coge una de mis trenzas con su mano izquierda.

—Así que no me amas, Okuda...

Me quedo completamente asombrada.

¿Por qué dice eso ahora?

—¿Q-qué?¿Que estás diciendo?...—balbuceo, roja como un tomate.

—¿Sabes qué, Manami?...—dice,acercándose más a mi,para después susurrar en mi oído—Yo tampoco quería casarme hoy...

Mis ojos se abren como naranjas.

Eso quiere decir que él...Que yo...Que me iba a casar con....

—¿K-Karma, entonces tú eres?...—susurro, estupefacta.

—El rey de las Mentiras. Exacto. Bien deducido.—dice, dándome golpecitos en la cabeza con su mano derecha—Es mejor que escapemos...¿No crees?Ahora nos perseguirán todos para matarnos...

No puede ser...

Esto no puede estar pasando...

Sin darme cuenta, Karma me coge de la mano y me aleja de donde estamos, que al parecer, es justo en la puerta que da paso a la plaza.

—¿Es gracioso, verdad, Manami? Primero dicen que te quieren, y después, cuando haces algo que ellos consideran malo, te matan...—el pelirrojo ríe amargamente.—Supongo que para ti será más duro que para mí...Por que yo nunca he creído a nadie. Tú, en cambio, confías en todos...Fíjate, incluso en un chico al que no has visto en cuatro años...Okuda¿Sabes que no deberías hablar con desconocidos?Podría intentar hacerte daño.