Capítulo ocho:Explorar

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Akabane y yo tenemos que explorar solos la Gran Ciudad, llevamos caminando un buen rato, sólo sé que es un lugar enorme, lleno de tiendas y cosas por el estilo.

El dolor que siento por lo que dijo Nakamura, no se ha ido por completo...

Pero no puedo lamentarme todo el tiempo por ello. Además, mientras Karma no pregunte nada de eso, no tendré la necesidad de decírselo.

No sabemos muy bien a donde ir, la verdad.

Estoy comenzando a tener hambre...

Me pregunto si él también tiene ganas de comer.

—¡Apartaos!¡El rey del país A ha venido!¡Dejad paso todos!¡Viene a acabar con el Dios Koro-sensei!—dice un señor, el cual está en medio del gran pasillo en el que Akabane y yo nos encontramos, que parece ser alguien importante, ya que lleva una armadura.

¿El rey?...

¿A matar a Koro-sensei?

Pero, si mal no recuerdo...

Itona me dijo que sólo los del país E sabían que existía tal Dios.

¿Por qué el rey del A lo sabe?

Esto es, como menos, sospechoso y extraño.

Todo el mundo se echa a un lado.

Al observar las caras de la gente, veo odio y repulsión, cuando el Rey del A pasa por en medio de ese pasillo rodeado de gente.

Cuando lo veo, no puedo evitar sorprenderme.

¡Se parece mucho a Karma, parecen hermanos y todo!

Pero, al contrario que el pelirrojo, su cabello es naranja y sus ojos son de un enigmático violeta oscuro.

Oigo la risa de Karma detrás de mí.

—Primero Rio, y ahora un yo de marca blanca...¿Que tipo de país es este?—dice, con una sonrisa socarrona, sin dejar de mirar al rey, que tiene su mirada clavada en Karma.

—Parad un segundo—dice el chico, que caminaba tras unos caballeros.

—De acuerdo, Señor Asano—Los hombres con armadura obedecen, y es cuando el pelinaranja se desvía de su camino, viniendo hacia nosotros.

Espera...

¿¡Viniendo hacia nosotros!?

—K-Karma...Se está acercando...—murmuro, nerviosa.

Él aprieta los dientes.

—¿Que querrá este tipo?...—se pregunta Akabane.

Cuando está a nuestro lado, se atreve a hablar.

—Vaya, vaya...¿Qué tenemos aquí?—dice, mirándonos a los dos.

Yo retrocedo un poco, al sentirme algo asustada por su cercanía.

—Una chica y un chico¿Es que estás ciego?—dice Karma, con una mirada desafiante y burlona.

Asano suelta una risilla que no presagia nada bueno.

—¿Q-qué quieres?¿P-por qué te has acercado a nosotros de esta manera?—hablo sin pensar de nuevo, como es costumbre.

Él vuelve a reír.

Las personas a nuestro alrededor observan, curiosas, murmurando entre ellas.

—Tú debes ser de esas personas que siempre dicen la verdad...Eso puede ser útil...—dice, acariciándome la mejilla.

Su verdad [Karma×Okuda]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora