Karma y yo llevamos caminando ya un rato.
Este túnel está oscuro, no se ve prácticamente nada.
Ni siquiera veo a Karma.
La verdad es que me siento sola, y avanzo en la negrura con cierto temor que no quiere marcharse de mi cuerpo.—¡Okuda!¡Hay algo extraño aquí delante!—exclama la voz de Akabane.
—¿Q-qué?¿D-donde?N-no veo nada...—digo, asustada, girando mi cabeza hacia todos lados tratando de ver algo, obviamente sin obtener resultado alguno.
Algo me agarra de los hombros y grito sin poder evitarlo, meto mi mano en el bolso marrón por acto reflejo, sin pensar, y saco la primera poción que creé. La de la explosión.
La voy a lanzar hacia atrás, pero una mano detiene la mía antes de hacerlo.
—¡Okuda, tranquila, solo era una broma!—me explica Karma.
Suspiro de alivio, volviendo a dejar el frasco en la bolsa.
—Por favor, Karma, no hagas esas cosas otra vez. Si la hubiera lanzado, habríamos acabado muy malheridos ambos—le digo, seria.
No sé que expresión ha puesto, debido a la oscuridad del túnel, pero como no ha contestado, supongo que habrá asentido con la cabeza.
—Oye, Okuda...¿No tienes nada en tu bolsa que pueda hacer que este sitio se ilumine un poco?—pregunta, suspirando.
—Pues...Ahora que lo mencionas, sí que tengo algo...—digo, rebuscando en mi bolsa.
El líquido que hay dentro del frasco es fluorescente, por lo que se ve con más claridad que los otros. Es fácil distinguirlo.
Bebo un poco, y mi cuerpo comienza a iluminarse.
—La poción de luz...Hace que tu cuerpo brille por unos treinta minutos cada cincuenta mililímetros que tomes—le explico a Karma, que estaba a mi lado.
Él parece un poco sorprendido al verme brillar, literalmente, de esa manera. Sin embargo, yo no puedo apartar mi mirada de unos grabados que acabo de ver en las paredes del túnel.
En ellos hay una especie de...¿Pulpo amarillo?Situado entre un garabato negro y otro blanco.
—¿Qué es esa...cosa?—susurro.
—Okuda, creo que ese es el tal Koro-sensei que tenemos que encontrar—afirma, completamente seguro de sus palabras.
—¿C-cómo lo sabes?—exclamo, sin saber de donde ha sacado esa conclusión.
—Piénsalo. En la entrada nos dice que busquemos a un tal Koro-sensei, y ahora aparece dibujado un pulpo amarillo en una pared del túnel justo cuando te tomas esa poción. No creo que sea tan sólo una casualidad—responde, observando el grabado.
Miro de reojo su rostro.
No me había fijado mucho hasta ahora, pero Karma es realmente guapo. Sus ojos y su rojo cabello perfectamente peinado cautivarían a cualquier chica. Estoy segura de que ha tenido a todas las Mentirosas del reino a sus pies...
—Okuda...¿Por qué me miras tanto?—me pregunta, sobresaltándome, con una sonrisa traviesa en el rostro.
El rojo se apodera de mi cara y miro a todos lados menos en dirección a Karma, en busca de una respuesta. Mi corazón late demasiado deprisa.
Pero no puedo mentirle...
—E-es que eres...A-a-atractivo...Y-yo sólo pensaba q-que...Las Mentirosas...Que tú...Que seguro que tenías a...Muchas chicas enamoradas de ti-finalizo la frase, balbuceando y completamente avergonzada.
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Su verdad [Karma×Okuda]
Fiksi PenggemarEn algún lugar remoto de algún otro planeta que no es la Tierra, hay un país dividido en dos partes: Verdad y mentira. Esas dos palabras, son prácticamente como el Ying y el Yang...Sin la verdad, la mentira no existe, y viceversa. Ambas partes se ne...