Capítulo Catorce: Dividido en dos

714 79 41
                                    

El aire atraviesa nuestras plumas, el mundo está a nuestros pies. O, más bien dicho, a nuestras alas. Es un sentimiento de libertad indescriptible, algo que solo sienten los pájaros, supongo. Karma está probando a dar volteretas en el aire y otras burradas más, mientras que yo simplemente vuelo disfrutando de la calidez del Sol y el leve frío del viento.

—Okuda¿Ese no es el mercado donde por poco nos separamos?—pregunta Karma, señalando aquel lugar con el pico.

Una pequeña exclamación se escapa de mi boca al darme cuenta de que así es. Pero no solo por eso...

Rio está allí. Sentada en el banco de la plaza, sonriendo inocentemente. La encontramos más rápido de lo que creía. Algo se arremolina en mi interior...Pero descubro extrañada que no es dolor.

¿Qué es?

Me detengo en seco. Karma al parecer se da cuenta, y para de experimentar con su nuevo cuerpo.

Me mira con sus ojos de cuervo y no puedo evitar soltar una risita. Es difícil tomarse en serio a un cuervo de ojos amanecer que te mira con tierna preocupación.

—¿Te doy gracia de esta forma, Okuda?—dice, y casi puedo notar su característica media sonrisa de siempre, escondida bajo ese pico—Cuando vuelva a mi cuerpo humano sufrirás la maldad de un demonio.

La temperatura de mi cara sube notablemente al tomarme esa frase de cierta manera. Aparto la mirada rápidamente de nuevo hacia Rio, quien sonríe sola, cosa que me parece bastante enigmática.

—¿Qué te pasa?—pregunta seriamente, mientras me mira de forma fija.

Levanto mi mirada hacia la suya rápidamente.

¿Es posible que esté sintiendo...?

—Karma...Creo que...Estoy sintiendo rábia a causa de Rio. No siento dolor, yo pensaba que el corazón volvería a doler de nuevo al verla...Pero no está pasando eso¿Tú sabes qué puede ser?—pregunto,sin dejar de mirarle durante todo el tiempo.

Él suelta una risita que suena más como a un graznido de cuervo.

—Eso se llama enfado, Okuda. El en ti dolor provocado se transforma en ese sentimiento no conocido. Más que enfado...Quizá estés comenzando a odiar a Rio—se ríe amargamente, después de decir tan profunda frase—Eso te pasa por estar cerca de mí.

Me mantengo en silencio ante tales palabras. Karma también tiene debilidades al fin y al cabo...Eso es algo que había olvidado. Sin embargo, me he dado cuenta de que he cambiado un poco desde que estoy con él. Ya no salta tanto mi verdadera naturaleza de sincera y se podría decir que la tengo medianamente controlada. Por el momento, claro.

—Me-menos mal¿No?...Así y-ya no confiaré tanto en la gente y traeré menos problemas a las personas que aprecio por ello—digo, notando más calor en mi rostro—No quiero odiar a nadie, pero supongo que no puedo decidir eso. Nadie tiene culpa de lo que siente...

Él no responde a eso, aparta sus ojos de los míos. Mira fijamente a Nakamura sonreír, como si estuviera pensando en algo importante.

—Entiendo...—murmura casi inaudiblemente. Se gira automáticamente hacia mí y contesta a mis palabras con energia—¡Gracias, Okuda!

No pasa mucho tiempo hasta que decidimos descender por fin. Estoy segura de que ambos tenemos miedo...De lo que es capaz Rio. Si no le importa destrozar personas internamente, prácticamente es como si pudiera matar a alguien a sangre fría, riéndose de paso y todo.

La Nakamura que conocí quizá nunca existió...

Con esos pensamientos, bajamos hacia allí.

Muchos sentimientos se arremolinan en mi interior mientras el viento remueve mi pelaje aplumado. Tantos pensamientos...Recuerdos...

Su verdad [Karma×Okuda]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora