Su verdad [Karma×Okuda]

Capítulo cuatro: El objetivo...

—Ya hemos llegado. Esta es mi casa.—informa Itona, mientras Karma y yo admiramos una enorme casa hecha de madera situada delante nuestra.

—Es muy grande...¿Vives tú sólo?—pregunto, un tanto asombrada.

—No, mi novia vive conmigo...—me responde, con esa expresión neutral.

Sin embargo, puedo notar esta vez un leve sonrojo en sus mejillas.

Saca unas pequeñas llaves de su  bolsillo y abre la puerta.

—Entrad.—nos dice, dejando paso.

Entro seguida de Karma, quien está muy callado...Es raro viniendo de él.

El interior de la casa es verdaderamente acogedor.

Todo está hecho de madera.

Hay unas escaleras que llevan al piso superior, pero siguiendo más adelante en el pasillo donde estamos se puede llegar a la sala de estar mediante la puerta de la izquierda o a la cocina mediante la de la derecha.

Itona nos conduce hacia la sala de estar, y nos pide que tomemos asiento.

Sale de la estancia, dejándome sola con Karma.

Eso solo logra que los nervios ocupen gran parte de mi ser...

—Okuda...No me gusta la idea de vivir aquí...—dice cierto pelirrojo, sobresaltándome.

—¿P-porque?—le contesto, mirándole a los ojos.—E-es lo más inteligente, si queremos encontrar a ese Koro-sensei...

—No me gusta depender de la gente...—dice Karma, fríamente, mirando al vacío.

Él...Cuando se muestra así...

Parece otra persona.

Estoy segura...De que debió ocurrirle algo malo, como para comportarse así...

De hecho, ahora que lo pienso, cuando estuve en su castillo, no vi a ninguna criada ni mayordomo, pero a pesar de eso, todos los muebles estaban limpísimos.

¿Es posible que...Karma Akabane, el mentiroso de los mentirosos, viva completamente...Solo?

¿Por qué razón...Viviría en soledad?...

—Karma...¿Vivías sólo?—las palabras se escapan de mi boca.

Como siempre, la verdad ante todo...

Karma levanta su cabeza. Parece sorprendido.

Sin embargo, ese estado de sorpresa sólo dura unos segundos...Enseguida vuelve a sonreír como siempre lo hace.

—Por supuesto que no, Okuda...¿Acaso me tomas por un emo?—dice, de forma arrogante y burlona.

No...Me está mintiendo. Lo sé.

Hay dolor en su mirada...

—No sé que fue lo que te ocurrió, Karma. No puedo saber cuánto sufriste, ni el porqué de nada. Pero ahora mismo me gustaría ir a ese momento en el que lo pasaste mal, sólo para abrazarte y decirte que todo está bien, que sea lo que sea se va a arreglar...Porque, si soy una sincera...Lo que digo no puede ser mentira...¿Verdad?—digo, y una lágrima resbala por mi mejilla.

¿Qué me pasa?

¿A qué se deben mis llantos?...

Bajo la cabeza para que no se dé cuenta.

—Te pareces a ella, Okuda...Te pareces...A la razón por la que odio tanto a los sinceros...—murmura,con una siniestra sonrisa en su rostro, creyendo que no le estoy oyendo.