Phoenix: Un Sello Roto

Capítulo II: Sentido X

Caminamos hasta el amanecer, ninguno sin decir alguna palabra, no sé si los seguía a ellos o ellos me seguían a mí. Rusford me dijo que buscara al Árbol Azul pero ¿A dónde? Yo caminaba detrás de Omega y Dseta. Omega tenía un casco que parecía un cubo, este no tenía orificios, Dseta con su máscara blanca, también sin orificios, Sigma con su venda en los ojos... Me parecía impresionante tener un nivel tan alto y andar sin ver, luchar sin ver. Tenía hambre, debía de comer, tenía sed, llevaba casi un día sin beber agua o comer, estaba agotado pero aún seguía caminando. Nos adentrábamos más y más al bosque y se observaban huellas poco usuales, Ogros. Malditos Ogros. Mientras caminábamos vi que Omega tenía un arco, este era el único Majino 5 con un arco, eso era algo extraño. En los entrenamientos de preparación tomaban la nota de las habilidades que tenías con el manejo de cada arma. Cuando tu nota era la misma en dos armas distintas te daban a elegir que arma ibas a querer usar, si tenías una nota en un arma mayor que las demás, te daban esa arma sin más. Por lo general la mayoría siempre destaca en armas cuerpo a cuerpo, más que todo con las espadas. Quisiera ver a Omega en acción. La velocidad en la que se desplazan estos Majinos es... Impresionante.

Omega saco de su cinturón una bolsa, me la arrojó, era pan.

-Vamos, come, sé que tienes hambre.

-Tengo más dudas que hambre.

-Serán aclaradas después que comas, eres nuestra prioridad Thomas, no podemos dejar que te desmayes.

-No creo ser tan débil, no tengo tanta hambre que digamos, la dejare para después Omega, quiero que aclares mis dudas Rusf...

-Pregunta.-guarde la bolsa de pan en mi cinturón trague saliva y pregunté.

-¿Qué es esta A que tengo en la capa? ¿Qué es un asesino?

-Lo que tiene es la letra A que es la primera letra de "Asesino" significa que eres parte de un pequeño grupo llamado Asesinos, ademas de eso hace saber que posees una habilidad única que nadie posee, solo hay 7 Asesinos que son las 7 letras que componen la palabra. Siéntete horrado por eso. Felicidades.

-La verdad es que no tenía idea que algo así existiera en el Reino.

-En realidad, es un grupo. Los otros 6 Asesinos no necesariamente deben pertenecer al Reino. Estos toman una decisión, si quedarse o no, para ser franco, iremos a buscar a un Asesino. Idios el Herrero letra N.- Al menos ya tenía claro que íbamos a hacer, me sentía intrigado por preguntar por ese Asesino pero tenía dudas primordiales que aclarar.

-¿Dónde se encuentra ese herrero?

-En Belmuque, ahí vamos.

-¿Sabían algo sobre el ataque de los Drogos?

-Se sabía que iba a suceder, nuestro señor Rusford lo sabía.

-¿Por qué no previno nada?

-No lo sé, quizás hubiese sido algo innecesario.

-¿Innecesario?

-Debes saber algo, El Reino no da toda la información que posee, esta se da dependiendo el rango que tengas, y a los habitantes le damos una información que puedan soportar, es decir, algo que no los altere. Es por eso que los habitantes de la Isla estaban poco enterados, estaban muy lejos de las luchas así que es innecesario alterarlos por un motivo del cual no corrían peligro.

En ese momento mi mente dio vueltas, recordé todo lo que había perdido y ahora me dice que "no corrian peligro" entre lágrimas dije.

-Mi familia murió. Mamá. Papá. Clyre ¿Y solo dices que no corríamos peligro?- Omega giro su cabeza lentamente hacia mí y dijo de forma rígida.

-¡Basta! ¡No seas arrogante! Eres un Majino. Así que no des lastima. Tu familia es el Reino y murieron muchos de ellos ¿Crees que debemos sentir lastima solo por tu perdida? ¿Qué hay de las otras familias, las olvidamos mientras te consolamos a ti? No seas egoísta. Rusford no sabía de ese ataque a la Isla, nunca lo imagino. Él es un gran Rey. No me imagino como se siente luego de ver la Isla explotar, al saber cuántos murieron... Thomas- su mirada estaba muy seria- Sigma fue enviado a buscarte y al regresar trajo noticias... Esos no eran unos Drogos normales. Todos sentimos tu perdida, aún se desconoce porque la Isla fue su primer objetivo a atacar.

-No diré nada-mientras secaba mis lágrimas susurré- Maldito.

-Te entiendo, pronto veras más muertes y te dejara de pesar tanto la perdida de tu familia. No habrá otro momento para aclarar dudas.- Dseta hizo ademán de observarme y solo se me ocurrió preguntar.

-¿Cómo hacen para poder ver?

-Buena pregunta- Dice Dseta mientras posa su mano en el hombro de Omega, pude imaginar la sonrisa que tenía detrás de su máscara.

-Nosotros... no tenemos ojos- Después de decir eso comenzó a reír.

-Sentido X- Dijo Omega.

-Exacto- dice Dseta con voz burlona- nos sacamos los ojos, perdemos la vista para obtener el sentido X.

-Thomas hay cinco sentidos, la vista, el olfato, el tacto, el gusto y la audición ¿Qué pasa si pierdes la vista?- Antes que pudiera responder Dseta responde.

-Te concentras.

-Cuando podemos ver nos enfocamos en eso y obviamos lo que no es importante para nuestro cerebro. Al perder la vista no tienes un objetivo fijo en que enfocarse, en otras palabras te concentras en todo. Agudizas tus 4 sentidos restantes, los mejoras y así lo ves todo -Dseta mira al cielo y suspira.
-La X tiene dos rectas que se cortan en el medio, creando así cuatro triángulos sin su base, desde el centro de la X en la intersección de ambas rectas se crean 4 ángulos de 90°, si multiplicas eso por 4 el resultado es de 360° es decir, si estas en el centro de la X que es donde se encuentran todos, tienes un visión de 360° con eso los Majinos 5 lo podemos ver, sentir, oler, oír e incluso saborear todo.

-Es por eso solo puede haber 24 Majinos, es una técnica que pocos pueden controlar, incluso los Majino 5 de más bajo rango no la dominan por completo. Es por eso que Sigma un Majino número 18 se dejó herir de esa forma por Mose- Dseta río y levanto su mano izquierda.

-Thomas, somos muy poderosos... -podía sentir como Dseta disfrutaba decirlo, sentía su sonrisa pronunciada tras su mascara- tanto así que sabemos de los 4 Ogros que nos han estado siguiendo.

Cuando Dseta terminó de hablar reventó en risas y yo, sentía miedo por todo lo que habían dicho.