Décimotercer Lunes

238 40 2
                                    

Mi rostro se ocultaba entre mis piernas, hundido en mi asiento sin prestar atención a quién pasara. Oía voces y no era capaz de reconocer la mitad de las mismas, sentía el roce de las personas deslizarse junto a mi mesa y me importaba una mierda. Tenía unas ojeras enormes y unas ganas de dormir eternamente que nadie iba a poder quitarme. Sentí a alguien apoyarse en mi mesa  gruñí con molestia, aún sin alzar la mirada, y aquella sensación se esfumó tan pronto la profesora entró por la puerta saludando. Mi cabeza salió de entre mis piernas y me senté bien en aquella incómoda silla de color verde escolar, pero en cuando mi mirada recorrió mi mesa me mandíbula cayó.

"Te desidero."

De nuevo allí estaba el post-it, enseguida corrí con la mirada hasta su mesa pero no vi a nadie sentado allí y la decepción me invadió. ¿Cómo lograba huir de mi de esta forma? Me hacía sentir tan impotente, tan estúpido, tan pequeño. Me hundí en mi silla, sin despegar aquella pequeña nota que, como si supiera que le echaba de menos, apareció de golpe allí.

Y eso decía, que me echaba de menos.

Y yo sólo deseaba que dejase de ignorarme.

Lenguas Muertas. [Cake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora