Capítulo 3

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Todo estaba listo.
Al llegar la noche, me colaría por el campamento del Ejército Oscuro y destruiría la máquina que creó mi hermano.
Sabía que la misión no estaba ni cerca de ser fácil, y que necesitaba más tiempo para repasar el plan pero yo no tenía tiempo, en todos los sentidos de la expresión.
Iría sola porque estaba cansada que las personas que amo arriesgaran su vida por mí. Esto era algo que tengo que hacer con mis propias manos.
Lo que me daba miedo era encontrarme con Octavio. La verdad es que no me siento preparada para lastimarlo de ninguna manera.
Le tenía asco y lo odiaba, pero no había dejado de amarlo.
Sí, es muy contradictorio.
Mi plan era casi perfecto. Solo había unos pequeños problemas: no sabía si el perímetro del campamento tenía hechizos de protección( como el nuestro) aunque sabía crear hechizos como mi hermano, él es el que tiene el don para eso. Y, este lo considero un problema un poco más grande, no sabía dónde quedaba su campamento. Seguro estaba cerca, pero no tenía la mínima idea de dónde exactamente y además, claro que tenían hechizos de disfraz.
Pensé en todo lo que habían hecho las musas y me pregunté si la decisión de no decir nada a nadie era la correcta.
Si decía algo no me dejarían ir a destruir a la máquina. Estaba dispuesta a arriesgar mi vida, porque si ganamos la guerra, ya no me necesitarían. Habré cumplido mi misión. Exterminado gran parte del mal del planeta.
Dijeron muchas cosas importantes como que conocían nuestra ubicación y enviaban espías.... Espías.
Katy.
Ya sé cómo voy a llegar al campamento de de las Musas Oscuras ¿ Cómo no se me ocurrió antes?
Esperaré a que Katy intente invadir el perímetro o ver lo que pasa y entonces la amenazaré para que me lleve a la máquina. Y entonces la dejaría inconsciente, destruiría la máquina y quemaría todo el campamento. Me aseguraría de matar a Octubre y a Noviembre.
Sí, eso iba a hacer. Y sola.
Me cree un plan más completo con mi nueva idea para llegar al campamento enemigo. Lo repasé hasta que nos tocó la hora de dormir y Amanda entró en la habitación.
- Tienes cara de quién acaba de volver de un funeral. Y ya te vi con esa cara antes, por eso lo digo.
- No quiero hablar del funeral de mi madre.
Amanda bajó la mirada dándose cuenta de su error y entrelazó sus manos. Era un gesto nervioso que se hacía más frecuente en ella.
- Lo siento.
- No hay problema.
- Es que te veo tan distante... tan fría.
- Estamos en guerra Amanda Shine, literalmente.
- Ok, veo que no me contarás lo que pasa. Si te preguntabas dónde estaba, pues acompañaba a mi mamá en cuanto ella repasaba el nuevo plan de ataque.
- Uhm.
- ¡ Siberia!
Se veía dolida.
- ¡¿ Qué?!
Ya me sentía frustrada con ella. Está bien que se preocupara por mí, yo también me preocupo por ella pero no quiero saber lo que piensa y siente a cada instante.
- ¡¿ Acaso escuchaste lo que dije?! Cada vez que me hablamos parece que solo mitad de tu consciencia me presta atención ¿ Acaso no soy digna de toda la atención de Siberia Winter, la nieta del dios y de la musa Diciembre? Ni siquiera el dios puede explicar el tamaño de tus poderes. Te temen las Musas. Depositaron su esperanza en ti y en tus enigmas ¡ Tal vez hasta seas una Luz! Te encantaría que tontos mortales tuvieran que adorarte ¿ verdad?
- ¿¡ Me tienes envidia?!¡ Pues te regalo mis poderes, te doy la presión que estoy sintiendo ahora sí quieres, te doy todo mi odio y todo mi dolor! Y no soy una Luz ¿ entendiste? No sé de dónde sacaste eso. Y a ti no te gustaría ser una Luz. Agatha sufrió mucho.
- No te tengo envidia.
Lo dijo muy calmamente y sintiéndose arrepentida de lo que había dicho.
- Que bueno, no deberías.
- Lo siento, es que tengo miedo y no me vendría mal poderes magníficos para protegerme.
- Sabes que yo te protegeré. Y también lo siento, por no darte atención. No creas que me creo más que tú porque no lo hago. Solo estoy distraída.
Amanda se acerca y me abraza.
Un minuto después escucho la campana que anuncia la hora de dormir.
Amanda se aparta deseándome buenas noches y se echa en su cama.
Adele entra a la cabaña un instante después con una sonrisa en los labios perfectos, apaga la luz y se echa.

SIBERIA 2: La espinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora