Capítulo 5

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En ese instante una figura sale de algún lugar e inmoviliza a mi antigua amiga.
Pero la flecha sigue viniendo, y parece que el tiempo se detiene en cuanto esta se dirige a mi corazón... Espera, el que se detiene no es el tiempo, es la flecha.
Esto es magia del aire.
Esto es magia de Aeneas.
¿ Será él el que está inmovilizando a Katy?
¿ Vino a salvarme?
El corazón me da un brinco de alegría y la flecha cae al suelo sin lastimarme pero a milímetros de mi pecho.
Me paro rápidamente y saco a Rachel, mi daga mágica, de la mochila.
Me acerco a las dos figuras y la luz de la luna ilumina los largos cabellos chocolate de Amanda, quien tiene una daga presionada contra la yugular de Katy. No es Aeneas, es Amanda.
- Amanda...
- ¿ La mato? Porque estoy con unas ganas de decapitar a esta traidora...
- ¡ No! La necesito.
- ¿ Para qué?¿ Por qué saliste del campamento?¿ Y por qué sola? Y lo peor ¡¿ Cómo fuiste capaz de dejarme sola con Adele?!
- Lo siento, pero esto es algo que tengo que hacer sola. Vuelve al campamento.
- No.
- Amanda, por favor.
- ¿ Puedes quitar la daga de mi garganta?- pregunta Katy con dificultad.
- ¡ Cállate!- gritamos Amanda y yo al mismo tiempo.
- Voy contigo, no importa lo peligroso de lo que tengas que hacer y no me importa si no quieres que te acompañe. Voy contigo ¿ entendiste?
- Amanda..
- ¿ entendiste?- pregunta Amanda, y por su tono de voz se ve que no aceptará un no como respuesta.
- Ok.
- Bien.
Ella se para, todavía amenazando a Katy con su daga y veo que las dos tienen traje de combate, como yo.
- Recojan a Kloe...- dice Katy.
-¿ Qué?- pregunta Amanda.
Miro al suelo y veo al arco de Katy a unos metros de distancia. Como odio ese arco.
- No.- digo.
Amanda se ve confundida, pero al cabo de un momento pregunta:
- ¿ Qué tenemos que hacer?
Le explico mi sueño y el plan y ella concuerda en ayudarme.
- Querida Katy ¿ Dónde está el campamento del Ejército Oscuro?- pregunta Amanda.
- No les diré...
- Si no nos dices te mato.- digo.
- No me importa. Y además sé que no serías capaz, yo tampoco sería capaz de matarte.
- Pero me disparaste...
- Está oscuro, no sabía que eras tú... Nunca mataría a mi mejor amiga, ni aunque Diciembre me lo pidiera.
- Pero no impedirías que ella me matara.
Se mantiene callada, y sé que es verdad. Eso me entristece, aunque no me sorprende.
La lealtad es tan ciega como el amor.
- Katy ¿ Y qué tal si hacemos un acuerdo? Te prometo que no mataré a Diciembre si nos enfrentamos frente a frente.
- Cómo si pudieras matarla siquiera...
- Si puedo, nací para esto. Te ofrezco desafiar el destino y no matarla por ti, porque sé que sufrirías y a cambio, nos llevas al campamento del Ejército Oscuro.- digo.
Era una mentira, claro, pero en la guerra todo se vale.
- ¿ Y cómo sé qué dices la verdad?
- Te doy mi palabra. Ahora vamos. Dime.
- Bien. Confió en ti. Yo las guió.

SIBERIA 2: La espinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora