Adicción enfermiza II [MINKEY]

Una misma enfermedad.

Capítulo 9: Una misma enfermedad.

Minho salió enseguida de la habitación, su padre lo miraba con sospecha y Minho no lo aguantó más, fue directo hacia él y lo agarró de la camisa haciéndolo parar del asiento de su oficina que tenía en la enorme casa.

Apretó su cuello y notó el esfuerzo que hacía su padre por querer zafarse pero no podía, Minho sonrió ante esto.

-Mira, el bien hijo de puta de tu hijito Minseok tiene secuestrado a Kibum, te lo advierto... le llega a pasar algo y no me va a importar una mierda que seas mi padre, no quedarás vivo y olvídate de toda esa mierda de que me casaré con Sulli. - escuchó el grito desgarrador de su madrastra a sus espaldas y después de escuchar una arcada venir de su padre lo soltó y se dirigió a la salida oyendo como su madrastra corría a abrazarlo.

Corrió hasta su auto y les dijo a sus choferes que no lo acompañaran, entró solo y llamó de nuevo al número desconocido que antes lo había llamado.

-¿Te decidiste al final hijo de re mil puta? Por tu culpa Kibum está como está. - escuchó a Taemin del otro lado de la línea.

-Perdón... - fue lo único que pudo decir, nunca le había pedido perdón a nadie pero era necesario en esta ocasión. - Dime dónde estás.

-Estamos desesperados con el tío de Kibum, recién fuimos a denunciar y los policías ya están buscando junto a nosotros. - habló más calmado.

-Probaré algo, si me sale bien te llamo o te mando mensaje. - quiso cortar pero Taemin no lo dejó.

-Espera. - rogó Taemin.

-¿Qué?

-Ten conciencia que Kibum no es el único que está sufriendo en estos momentos.

-¿Qué? - repitió.

-Tu hijo también está en peligro.

-¿Qué? - abrió los ojos.

-¡BASTA DE PREGUNTAR IDIOTA! ¡KIBUM ESTÁ ESPERANDO UN HIJO TUYO! - gritó.

-Oh por...

-No, nada de arrepentimientos.

-No es eso ¿Por qué no me lo dijo?

-Eso pregúntaselo si es que sale de ésta, no hay tiempo que perder. - Minho asintió con la cabeza siendo inconsciente que el otro no podía verlo y cortó.

Recordó las últimas palabras de Sulli al irse y arrancó el auto a toda prisa, no le importaba nada... solo la vida de Kibum y la de su hijo. Sonrió como imbécil enamorado al recordar lo que Taemin le había dicho, lo alegraba un montón ser padre y más con la persona a la que más amaba y por la que lucharía para que ambos pudieran ser feliz.

Se sentía idiota, un maldito idiota por las palabras hirientes que le dijo a Kibum en la última llamada que habían tenido, se sintió cruel por haberlo tratado así, como una basura. Pero ahora no le importaba dinero, no le importaban los bienes, solo quería a Kibum.

Pensar que Kibum había recurrido a él hasta en el momento más crítico por más que él lo hubiera tratado como mierda lo hacía sentir más imbécil aún.

Sonrió lamentable y aceleró con más prisa mirando su celular, había activado el rastreador de la llamada y por suerte Kibum lo tenía activado. Agradecía completamente a su amigo de la adolescencia que le había enseñado ese pequeño truco que hasta ahora no se le había olvidado.